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Fisionomías (XVI): Los dientes y la representación del mal en la obra de Miguel Ángel. Un estudio revelador del Profesor Marco Bussagli

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Portada del libro del Profesor Marco Bussagli

Portada del libro del Profesor Marco Bussagli

A mediados de noviembre, mientras tomaba un café en la cantina de la Stadsbibliotek de Gotemburgo, hojeando Le Monde me topé con el nombre de Marco Bussagli, mi profesor y amigo durante mi año de estudios de Arte en Italia.

La crónica del corresponsal de Le Monde en Roma, Philippe Ridet, comenzaba así:

Marco Bussagli, historiador y profesor de Anatomía Artística de la Academia de Bellas Artes de Roma, contaba y recontaba en vano, no había lugar para la duda. Encaramado, un día de diciembre de 1996, sobre el andamiaje que ceñía la pared del Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, entonces en plena restauración, ha visto que varios personajes presentaban una dentadura particular. En lugar de cuatro incisivos como todo el mundo, tenían cinco. Una anomalía que los odontólogos llaman “mesiodens”, o sea un diente suplementario entre los dos incisivos maxilares centrales

(NB: Nadie se había puesto a pensar sobre este fenómeno, hasta que Maurizio Rossi le hizo notar en 1986 el diente supernumerario de uno de los diablos del Juicio Final, al que el restaurador de la Sixtina no dio particular importancia, pero que desde aquel momento intrigó a Marco Bussagli y le condujo a seguir tirando del hilo. Aunque ya agradeció anteriormente en un artículo de marzo del 2005 la observación de Rossi,  lo hace de nuevo en las páginas 122 y 123 de su libro)

Continúa la reseña de Le Monde:

Han pasado más de veinte años desde este descubrimiento sorprendente. Veinte años para preguntarse por qué Ludovico Buonarroti Simoni (1475-1564) llamado Michelangelo había decidido añadir un diente a algunos de sus retratos. La aparición en octubre del libro de Marco Bussagli representa a la vez la suma de sus reflexiones y el desenlace de su investigación

(Bussagli, Marco, I denti di Michelangelo, Milano, Ed. Medusa, 2014, 175 páginas, de las que 28 están dedicadas a utilísimas notas y valiosa bibliografía, ISBN 978-88-7698-312-2)

A mí me faltó tiempo para conseguir el libro vía internet y leerlo con detenimiento y admiración.

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I denti di Michelangelo o la polisemia de un rasgo anatómico

Sibila de Delfos Capilla Sixtina. Detalle del mesiodiente

Sibila de Delfos Capilla Sixtina. Detalle del “mesiodens”

Tras haberlo leído dos veces y  a pesar de su dimensión reducida este ensayo se da a la fuga por todos lados; son muchas las derivaciones y las pistas que abre al  estudio de la personalidad, las preocupaciones, el pensamiento y el itinerario atormentado, pasional, sensual y espiritual de Miguel Ángel, como hombre y como artista, como pintor, como escultor, como poeta, como esteta, como amante secreto o platónico;  a su conciencia cristiana, su sentimiento de culpa, sus creencias, sus oscilaciones entre la desesperación de la predestinación y la esperanza de la gracia; a sus preferencias teológicas, sus veneraciones, sus desilusiones.

Ya tenía yo un poco olvidada la  larga vida y la extensa obra de Miguel Ángel que fueron como un vórtice que absorbía y reflejaba su compleja y turbulenta época. Bien lo resume Marco Bussagli al estudiar la aparición del quinto incisivo en una larga serie de fisionomías de las obras del genio toscano, recorriendo las más de cinco décadas que nos llevan desde el Cristo muerto de la Pietà del Vaticano, esculpido cuando era veinteañero (1497-1499), hasta la Crucifixión de San Pedro de la Capilla Paolina de Roma, que acabó a los 75 años (1545-1550).

Bussagli analiza sistemáticamente la nada casual presencia del mesiodens en frescos y dibujos de Miguel Ángel, así como en la Pietà del Vaticano, poniéndola en relación con las diversas circunstancias de la vida del artista y demostrando, mediante la comparación con otros arcos dentarios normales que aparecen en su obra, su intencionalidad y su polisemia. Para ello aborda las posibles concepciones filosóficas, médico-anatómicas,  gráficas y teológicas que motivaron su inserción del quinto incisivo en toda una serie de creaciones entre 1499 y 1550.

El libro parte de una premisa, la de que Miguel Ángel ocultó esta decisión iconográfica, y abre así un fascinante campo de investigación, desgranado en cinco temas.

Vesalius. De Humani Corporis Fabrica. 1543. Portada

Vesalius. De Humani Corporis Fabrica. 1543. Portada

I       La cuestión anatómica y  la correspondencia entre la idea de belleza y la de la simetría de las estructuras del cuerpo humano, en Vitruvio y Leon Battista Alberti o en la “fabrica” de Vesalio (De Humani Corporis Fabrica), y las relaciones de Miguel Ángel con médicos anatomistas de la época que señalaron la anomalía del quinto incisivo, como Realdo Colombo (De Re Anatomica) de quien fue amigo, o su conocimiento de los escritos del cirujano Michele Savonarola (Practica Major), tío de Gerolamo Savonarola, el famoso predicador, teólogo y líder toscano, a quien admiró y conoció el artista.  Es significativo que en las portadas de los tratados de Vesalio y de Colombo aparezca Miguel Ángel participando en una disección. De ello se deriva el conocimiento que ciertamente tuvo el artista de la anomalía odontológica del mesiodens.

Realdo Colombo De Re Anatomica 1559. Portada

Realdo Colombo. De Re Anatomica 1559. Portada

II     El tratamiento iconográfico del quinto incisivo desde los primeros dibujos de Miguel Ángel como metáfora del mal y del pecado. Bussagli rastrea sus fuentes literarias (Dante Alighieri) y gráficas (Andrea di Buonaioto), conocidas del artista desde joven, que probablemente explican su empleo de las anomalías de los dientes como figuración o signo del mal en sus varias modalidades.

Personje con mesiodiente. Escena de la serpiente de bronce. Capilla Sixtina.

Personje con mesiodiente. Escena de la serpiente de bronce. Capilla Sixtina.

III     La abundante presencia en la Bóveda de la Sixtina (1508-1512) de personajes de la historia de la humanidad antes de Cristo con el quinto incisivo como señal de que, al no haberles alcanzado la redención, vivieron ante gratiam y estaban irremediablemente marcados por el pecado original.

En este capítulo van desfilando varios personajes de la Biblia o del paganismo con la anomalía en la boca. Quienes, por el contrario, representan anticipadamente la historia sub gratia muestran una dentadura armónica

Sibila de Delfos Capilla Sixtina.

Sibila de Delfos y el mesiodens. Capilla Sixtina.

Es un elemento más del ambicioso despliegue de Miguel Ángel que, como es sabido, estructuró los frescos de la bóveda  de toda la Capilla Sixtina siguiendo la división de la historia de la humanidad en tres grandes etapas de Gioachinno da Fiore (1130-1202). Miguel Ángel  se había familiarizado con esa concepción, muy popular en la teología medieval,  a partir de varias fuentes que recuerda Bussagli, como la obra de Dante  (que tanto influyó en sus Rimas y en diversos motivos de su obra), las predicaciones de Girolamo Savonarola  en Florencia, o sus intercambios con Egidio da Viterbo en Roma. La bóveda de la Sixtina las recorre todas, desde el Génesis a la acción salvífica de Cristo y el Juicio Final.

El Juicio Final. Miguel Angel. Capilla Sixtina

El Juicio Final. Miguel Ángel. Capilla Sixtina (1537-1541)

IV      El quinto incisivo en la pared del Juicio Final (1537-1541) es quizás el que mejor resume la pasión teológica, y el estado de contrición y angustia existencial de Miguel Ángel. A este respecto, el libro no olvida que en las intensas Rimas de Miguel Ángel se detectan alusiones al simbolismo de los dientes en la Divina Comedia y en la Biblia. Y es en los frescos del Juicio Final de la Sixtina donde puede decirse que culmina este proceso de alusiones iconográficas al mal original simbolizado por el mesiodens, que se repiten en condenados, esqueletos y diablos.

Craneo con quinto incisivo. Juicio Final. Ilustración M.Bussagli

Craneo con quinto incisivo. Juicio Final. Ilustración M.Bussagli

Ha hecho falta un trabajo de veinte años de paciente investigación de Marco Bussagli para catalogarlos e interpretarlos a la luz del pensamiento del debate sobre la predestinación, que fue piedra de escándalo y conflicto en las pugnas teológicas de la época y una de las causas del cisma protestante. Hoy nos resulta difícil comprender que se muriese por ello y que el ponerse de un lado o del otro implicase a menudo graves riesgos.

Los condenados de la barca de Caronte. Juicio Final

Los condenados de la barca de Caronte. Juicio Final

No puedo resumir aquí el recorrido que hace el autor del libro por las principales polémicas religiosas de la época y por los autores antiguos y contemporáneos que servían para fundar o impugnar las varias concepciones al respecto (San Pablo, Pelagio, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Dante, Lutero, Erasmo, Juan de Valdés, el Círculo de Viterbo y Vittoria Colonna, Calvino, Gaspar Contarini, el autor del “Beneficio de Cristo”,  Reginal Pole, Paulo III, Paulo IV, etc.).

Lateral izquierdo de los condenados del Juicio Final

Lateral izquierdo de los condenados del Juicio Final

Como bien recuerda Bussagli en su análisis, Miguel Ángel no sólo veneraba con amor platónico y admiración intelectual a la patrocinadora del Círculo de Viterbo, Vittoria Colonna (1492-1547), sino que comulgaba con las ideas de reforma conciliante de sus integrantes, que serían, a la conclusión del Concilio de Trento (1545-1563), declaradas heréticas.

Vittoria Colonna. Marquesa de Pescara (1492-1547)

Vittoria Colonna. Marquesa de Pescara (1492-1547)

Bussagli no zanja la cuestión, pero piensa que Miguel Ángel usó el mesiodens como signo de distinción entre condenados y bienaventurados, pronunciándose simbólicamente por las ideas del Círculo de Viterbo. No en vano es un Cristo temible quien envía a los infiernos a los condenados, con un gesto que ya en la época escandalizó por su aire inmisericorde.  No era prudente decantarse por la idea de la predestinación (el servo arbitrio) cuando ya empezaban a arrojarse  acusaciones de heterodoxia contra las posiciones luteranas.

Miguel Angel. Juicio universal. El antro diabolico

Miguel Ángel. Juicio universal. El antro diabólico

El artista, prudentemente, ni siquiera a los discípulos más cercanos les reveló ese signo esparcido por las paredes de la Sixtina.  Tan es así, que, como señala Bussagli,  la enorme copia del Juicio Final de Marcello Venusti (bien cercano a Miguel Ángel),  realizada en 1548, ignora los numerosos dientes anómalos, cuya presencia corrige sistemáticamente.

V      El mesiodens del Cristo de la Pietà del Vaticano (1498-1499) y la cuestión del pecado original y su redención por la muerte del Hijo de Dios. El espectacular descubrimiento de Marco Bussagli del quinto incisivo en el Cristo de esta escultura juvenil de Miguel Ángel (tenía veinticuatro años cuando la realizó) y su luminoso análisis forman el ápice de esta trabajo soberbio de su trabajo, que demuestra que el pensamiento y las preocupaciones teológicas que mueven la iconografía religiosa del maestro toscano no son cosa de su vejez, como se ha estado diciendo, sino que parten de vivencias y reflexiones muy tempranas.

Pietà de Miguel Àngel.San Pedro. Roma. Foto R.Puig

Pietà de Miguel Àngel.San Pedro. Roma. Foto R.Puig

En este capítulo explica detenidamente cómo Miguel Ángel empezó a esculpir desde su adolescencia en el Jardín de San Marcos de Florencia, inspirado por la notable colección de esculturas antiguas que los Medici habían reunido allí, y como por entonces pudo acceder al Libreto de la Doctrina Cristiana, manual muy popular escrito por San Antonino (1389-1459) que había sido prior del convento de San Marcos , en el cual la importancia del cuerpo de Cristo que asume los pecados del mundo es un aspecto cardinal. También conoció las enseñanzas de Savonarola y probablemente pudo ver su la edición de sus Predica dell’arte del ben morire (1495) que se abre con una xilografía que Bussagli reproduce, en la que el diente del mal truena en el centro de la arcada dentaria del demonio.

Practica dell arte del bene morire

Portada del sermón de la Practica dell arte del bene morire de Girolamo Savonarola. Detalle

Así pues:

Miguel Ángel pudo tener modo de ver un ejemplo de mesiodens real en el círculo de sus conocidos, pero lo que seguramente orientó su elección fue la tradición iconográfica florentina y la predicación apasionada de Girolamo Savonarola, la cual, como ya hemos dicho, se alimentaba de las creencias populares que identificaban el pecado con la enfermedad y la deformidad, como signos de la ausencia de la Gracia divina

Quinto incisivo del Cristo muerto de la Pietà del Vaticano

Quinto incisivo del Cristo muerto de la Pietà del Vaticano. Foto M.Falciani. Fabbrica di San Pietro

De modo que lo que está crípticamente proclamando el quinto incisivo del Cristo en brazos de la Virgen de la Pietà del Vaticano es que con su muerte carga en sí mismo todos los pecados de la humanidad y su sangre libera a los hombres de la culpa original.

VI     El Profesor Bussagli resume por último la evolución de las preocupaciones y de la religiosidad de Miguel Ángel entre Florencia y Roma y el recorrido “de diente en diente” de su libro:

Como se ve, la religiosidad de Miguel Ángel aparece atormentada y compleja, pero en todo caso cimentada en una inmensa cultura. El gran Buonarroti supo extraer de dentro de su propio lenguaje figurativo soluciones maravillosas y de una gran eficacia comunicativa, a condición de que se tenga la paciencia de buscarlas. Un ejemplo entre tantos es el de su autorretrato en la piel de San Bartolomé que, como la cuestión del quinto incisivo, ha permanecido oculta por siglos, dado que había escapado a gran parte de colegas, alumnos y estudiosos que han trabajado en la exégesis de las obras maestras miguelangelescas

La profundidad del pensamiento del genio toscano no es reducible a la pura ilustración del dictado teológico de otros (por muy elevado que sea) ni a la mera investigación estética. Su contribución activa, eficaz y competente que trasforma su obras en verdaderos tratados teológicos originales, en los cuales el texto escrito es reemplazado por la invención figurativa que conjuga pensamiento y belleza

El uso del mesiodens por parte del gran artista responde a la incoercible exigencia interior de Buonarroti de medirse con los grandes temas de la salvación y del pecado que han atormentado su extraordinaria existencia durante toda la vida

En definitiva el análisis de Marco Bussagli abre nuevas vías de investigación en el campo de lo que denomina la “fisiología del alma” y demuestra de nuevo su gran competencia en materia de Historia del Arte, de Iconología y de Historia de la Iglesia y de la Teología en Europa.

A título personal…

El libro de Marco Bussagli no quiere cerrar las abundantes pistas de estudio que descubre sino que invita a seguirlas. De hecho es como si nos revelase la punta visible de un iceberg en el estudio de Miguel Ángel cuando parecía que todo estaba dicho.

Así que, a partir de lo que este libro suscita, me arriesgo (seguramente sin decir nada nuevo) a apuntar algunas reflexiones de interpretación literaria y de especulación sobre las emociones de Miguel Ángel por la época de ejecución del inmenso fresco del Juicio Final.

Para ello, a las citas que de las Rimas hace Marco Bussagli  me permito yo añadir aquí las alusiones al pecado, no en general, sino al misterioso pecado propio, cuya conciencia agobia a Miguel Ángel y del que se siente incapaz de liberarse y, por el cual teme, ser condenado.

Extraigo de un estudio de Umberto Maria Milizia sobre los sonetos de Miguel Ángel (digilander.libero.it/baraballo/umilizia/SONETTI.doc) las alusiones, en algunas de las rimas (números 293, 301 y 207 de la edición de Girardi) escritas en sus vejez por el artista (entre 1555 y 1560), a lo que llama el triste hábito, forma críptica de aludir muy probablemente a su homosexualidad, entonces condenada por la teología católica y penada severamente (Savonarola condenaba la sodomía que, según él, proliferaba en la Florencia licenciosa anatematizada en sus sermones).

De hecho Milizia dice en su estudio que “propende a creer que el poeta se refiera a un modo de ser suyo y particular, vista la frecuencia con la que esta terminología aparece en su cancionero”

Carico d’anni e di peccati pieno,

E col trist’uso radicato e forte,

Vicin mi veggio a l’una e l’altra morte,

E parte ‘l cor nutrisco di veleno.

Né proprie forze ho, c’al bisogno sièno

Per cangiar vita, amor, costume o sorte (…)

Cargado de años y de pecados lleno

Y con el triste hábito arraigado y fuerte

Cerca me veo de esta y la otra muerte,

Empero el corazón alimento de veneno.

Ni fuerzas propias tengo, que tu ayuda requiero

Para cambiar vida, amor, costumbre o suerte (…)

———–

(…) Se ‘l tuo di te cortese e caro dono

Non fussi, della vita che farei?

Del mie tristo uso e dagli esempli rei,

Fra le tenebre folte, dov’i’ sono (…)

(…) Si de ti tu cortés y don querido

No hubiese ¿qué haría de la vida?

De mi triste hábito y de los ejemplos reo,

En las tinieblas densas, donde yo me encuentro (…)

Jubilo homoerotico entre los salvados. Juicio Final. Miguel Angel

Júbilo homoerótico entre los salvados. Juicio Final. Miguel Ángel

Se lungo spazio del trist’uso e folle

Più temp’il suo contrario a purgar chiede,

La morte già vicina nol concede,

Né freno il mal voler da quel ch’e’ volle (…)

Si al largo espacio del triste y loco hábito

Más tiempo para purgarlo su contrario exige,

No lo concede la muerte ya vecina,

Ni freno quiere el mal de quien lo quiere (…)

(La traducción y la negrita son míos)

A este propósito, subrayaré que, del mismo modo que no reveló a nadie la presencia del diente de la predestinación, ni su autorretrato sobre el pellejo de San Bartolomé, tampoco Miguel Ángel justificó ante nadie las manifestaciones de homoerotismo dentro del grupo de los salvados del Juicio Final.

A mi modo de ver es un ejemplo del orgullo moral a contracorriente de Miguel Ángel, que finalmente, se reivindica a sí mismo y se considera salvado y redimido de todas las diatribas de la teología, de las persecuciones condenatorias, de los anatemas y de las miserias y contradicciones flagrantes que tuvo ocasión de ver en directo durante años en la Roma de los papas del Renacimiento.

Autorretrato de Miguel Angel sobre el pellejo de San Bartolome. Juicio Final

Autorretrato de Miguel Angel sobre el pellejo de San Bartolome. Juicio Final

No sólo ironiza sobre el miserable estado al que le ha reducido el durísimo esfuerzo exigido por el fresco del Juicio Final, que le ha dejado en la sola piel, sino que deja un mensaje para la curia romana de su tiempo con su ostensible hipocresía, puritana hacia fuera y lasciva y libertina hacia dentro,  y lo hace colocando entre los que se salvan a los que la teología moral imperante condenaba como sodomitas.

Parece como si en este grandioso trabajo pictórico de su vejez quisiera resolver simbólicamente el dilema angustioso que a menudo expresó en sus rimas:

Vivo al peccato, a me morendo vivo;

vita già mia non son, ma del peccato;

mie ben dal ciel, mie mal da me m’è dato,

dal mie sciolto voler, di ch’io sono privo.

Serva mie volontà, mortal mie divo

a me s’è fatto. O infelice stato!

a che miseria, a che viver son nato!

Vivo para el pecado, para mí muriendo vivo;

lo mío ya no es vida, que es del pecado;

mi bien viene del cielo, mi mal yo me lo he dado,

por mi libre querer, del que estoy despojado.

Sierva es mi voluntad, mi dios mortal

a mí se ha hecho.  ¡Oh infeliz estado!

¡para qué miseria, para qué vivir soy nacido!

Rima 32 de la edición de Enzo Noè Girardi, Bari, Laterza, 1967 (la traducción es mía)

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Epílogo

El mesiodens reseñado por Marco Bussagli en el rostro del carcelero de la Crucifixión de San Pedro coincide con el final del trabajo pictórico de Miguel Ángel, a los setenta y cinco años, aunque siguió dibujando y diseñando.

A pesar de su avanzada edad, todavía dedicó los últimos años de su larga vida a su obra arquitectónica y a las que quizás sean sus más emocionantes esculturas.  En una de ellas se retrató como Nicodemo

La Pietà Bandini con Miguel Ángel como Nicodemo. Fuente Wikipedia

La Pietà Bandini con Miguel Ángel como Nicodemo. Fuente Wikipedia

Si tenemos en cuenta que los nicodemitas eran aquellos cristianos que fustigaba Calvino por profesar ideas protestantes sin manifestarlas abiertamente, no es del todo infundado que esta obra tenga también un mensaje oculto y un homenaje críptico a  Vittoria Colonna, fallecida precisamente en el mismo año en que Miguel Ángel acomete este trabajo, y a las ideas de Juan de Valdés que en su círculo se profesaban.

Un año antes de la muerte de la Marquesa de Pescara, el artista le había dedicado una pietà de la que se conserva el dibujo

Pietà para Vittoria Colonna. Miguel Ángel.  1546

Pietà para Vittoria Colonna. Miguel Ángel. 1546. Fuente Wikipedia

De un modo o de otro, Michelangelo Buonarroti, siguió hasta el final dejando en sus obra las propias inquietudes y mensajes, acabando su vida con el cincel en mano, como la había empezado de niño, entre los humildes scalpellini  de Settignano.

**********

Cronología de la obra de Miguel Ángel.

Una excelente cronología por géneros artísticos e imágenes de todas las obras se puede consultar en http://it.wikipedia.org/wiki/Opere_di_Michelangelo

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Publicaciones del Profesor Marco Bussagli:

En Italia no necesita presentación pero he creído útil presentar un listado (probablemente no exhaustivo) de los libros que, además del que estoy hoy comentando, ha publicado su autor, de muchos de los cuales hay ediciones en otros idiomas (sobre todo en inglés).

Los que están disponibles en español van en rojo y precedidos de un asterisco

1       Por un lado están los textos de Anatomía Artística, materia de la que es docente principal en la Accademia di Belle Arti de Roma:

http://www.accademiabelleartiroma.it/didattica/docenti/elenco-docenti/bussagli.aspx

M.Bussagli, Anatomia Artistica. Manuale di disegno. Il corpo nell’arte. Le ossa e i muscoli. Le proporzioni, Firenze, Giunti, 1996, ristampa 1998, ristampa aggiornata 2001.

M.Bussagli, Il nudo nell’arte. La storia. Temi e soggetti. Bellezza ed erotismo, Firenze, Giunti 1997, 1998.

M.Bussagli, Sotto pelle, Medusa, Milano 2003

M.Bussagli, Il Corpo umano. Anatomia e significati simbolici. Mondadori Electa, Milano 2005.

* El cuerpo humano, Sociedad Editorial Electa España, 2006

2       Las monografías de Historia del Arte y de Iconología:

Marco Bussagli, Antonello da Messina, 2014, formato Kindle (y Giunti Editore)

Marco Bussagli, Il paesaggio, 2014, formato Kindle (y Giunti Editore)

Marco Bussagli, Corso di disegno,  Giunti Editore, 2013

*Marco Bussagli, Miguel Angel, Giunti Editore, 2010

Marco Bussagli, Arte americana 1620-1913, 2007

Marco Bussagli, Antonello da Messina, Giunti Editore,2006

Marco Bussagli, Angeli. Origini, storie e immagini delle creature, 2006

*Ángeles : orígenes, historia e imágenes de las criaturas celestiales, Editorial Everest , 2009

Marco Bussagli, L’uomo nello spazio. L’architettura e il corpo umano,  Medusa Edizioni, 2005

Marco Bussagli, Michelangelo. Il volto nascosto nel «Giudizio». Nuove ipotesi sull’affresco della Cappella Sistina, Medusa Edizioni, 2004

Marco Bussagli, Pittura. Riconoscere gli stili, Giunti Editore, 2004

Marco Bussagli, Capire l’architettura, 2004

*Roma: arte y arquitectura  H.F. Ullmann, 2004

*Marco Bussagli, Atlas ilustrado de la arquitectura, Susaeta, 2002

Fabrizio Pesando e Marco Bussagli, Pompei. La pittura, 2003

Marco Bussagli, Escher, Giunti Editore, 2003

Marco Bussagli, Bernini, Giunti Editore,  2000

Marco Bussagli, La via dell’arte tra Oriente e Occidente, 1998

Marco Bussagli, Bruegel, Giunti Editore, 1998 y 2006

Marco Bussagli, Benozzo Gozzoli,  Giunti Editore,, 1998

Marco Bussagli, Storia degli angeli,  1995

Marco Bussagli, Piero della Francesca, Giunti Editore, 1993

3      De técnicas artísticas

Marco Bussagli, Disegno. Manuale completo, Giunti Editore, 2014

Marco Bussagli, Il disegno, Mondadori Electa, 2011

Marco Bussagli, Acrilico. Manuale completo. Materiali tecniche e realizzazioni, Giunti Editore, 2008

Marco Bussagli,  Tempera. Manuale completo. Materiali metodi realizzazioni, Giunti Editore, 2006

Marco Bussagli, Prospettiva. Manuale completo, Giunti Editore, 2004

Marco Bussagli, Ritratto. Giunti Editore, Manuale, 2004

Marco Bussagli, Fumetto, Mondadori Electa,2003



Breverías erasmianas (XVII): “Sponde, noxa praesto est”

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Las ruinas del templo de Delfos. Encyclopedia Britannica

Las ruinas del templo de Delfos. Encyclopedia Britannica

Europa vive tiempos de estrechura, para unos más que otros, y hay agudos debates entre perdonadores y acreedores. Muchas firmas importantes y voces destacadas se suman con sus opiniones en un sentido u otro a la discusión sobre la deuda griega.

Como de este vórtice de razones y sinrazones emergen oráculos y dictámenes para todos los gustos y la sabiduría helénica está en juego, me he acordado de que tenía en cartera traer a esta página el tercero de los oráculos de la sibila délfica.

Ya hemos glosado en este blog los comentarios latinos de Erasmo a los otros dos adagios-consejo griegos que estaban grabados en las columnas del templo de Apolo en Delfos.  El Nosce te ipsum y el Ne quid nimis se completaban con este explícito Sponde, noxa praesto est. Dicen los historiadores que el conjunto de los tres quería compendiar de algún modo lo mejor de la sabiduría de los antiguos griegos.

Resulta una ironía cruel de la historia contemporánea que sea la transgresión de estos tres consejos de la sapiencia helena lo que, en cierto modo, reprochan los otros estados europeos a los gobiernos y a la sociedad de Grecia (aunque no falten quienes piensan que la responsabilidad está bastante repartida) y que, en caso de haber escuchado los oráculos délficos, no se estaría en el estrecho callejón del que tan arduo es ahora salir.

Timeo danaos et dona ferentes. Foto Efe

Timeo danaos et dona ferentes. Foto Efe

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Pero volvamos a lo que íbamos, que era a comentar la glosa de Erasmo

Avala, y tu ruina está lista

Adagio I, vi, 97

De nuevo estamos ante un comentario pura y prudentemente filológico. De hecho Erasmo  no era dado ni a prestar ni a endeudarse. Pero lo que sí es cierto es que su libertad de pensamiento le llevó a avalar a intelectuales de la época perseguidos por inquisidores de toda laya, lo que aumentaba los riesgos de tener que pagar en carne propia. Por desgracia su apoyo no pudo salvar a algunos de ellos de la muerte o de la pena y, a él, sus osadías le obligaron a cambiar de domicilio más de una vez.

En su glosa sólo refleja las acepciones de este adagio en cinco pensadores griegos (Sócrates, Platón, Quilón, Homero y Plutarco) y en dos romanos (Plinio el Viejo y Ausonio):

ἐγγύα πάρα δ᾽ ἄτα  o sea “avala, y la ruina está lista”. Según Sócrates, como atestigua Platón, este adagio es el tercero de una misma línea de pensamiento. Quien se hace garante de otro promete algo que no está en su mano garantizar, es decir la honestidad de alguien. Sócrates atribuye el primero de ellos a Apolo y piensa que los otros dos fueron agregados por los mortales.

Plinio, que atribuye todos ellos por igual a Quilón, considera que han ser tratados como oráculos, afirmando que “los mortales han asociado a Quilón el Lacedemonio con el oráculo, ya que grabó los tres preceptos con letras de oro en Delfos, a saber: que cada cual debe conocerse a sí mismo, que no se debe desear nada en exceso, y que la miseria es la compañera de cama de la deuda y el litigio”. Plinio ha explicado el significado de “avalar”. Damos una garantía en nombre de alguien que pide prestado dinero y sucede que, a menudo, es el garante quien se ve obligado a devolver el préstamo en efectivo. También garantizamos a los jueces que el reo se presentará, pero, si este les deja plantados, son los que le han avalado quienes sufren el castigo.

Este dicho también se le atribuye a Homero, que tiene la siguiente línea en el octavo libro de la Odisea: ‘Las promesas de hombres indignos no tienen valor’.

Y en el “Banquete de Platón” de Plutarco es Quersias quien extrae el adagio de la fábula homérica sobre la diosa Ate, que por haber incitado a Júpiter a hacerse garante del nacimiento de Hércules, fue arrojada por el dios a la tierra. Plutarco cita y alaba estos tres apotegmas en su ensayo “Sobre la locuacidad sin sentido”.

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp. 521-522, la traducción es mía)

En efecto, Plutarco en su pequeño tratado “De la charlatanería” recuerda que los tres adagios atribuidos a la Sibila de Delfos estaban grabados sobre las piedras del templo de Apolo, por ser “simples y cargados de sentido y esconder gran profundidad bajo una fórmula lapidaria” (Moralia, De garrulitate).

ἐγγύα πάρα δ᾽ ἄτα

ἐγγύα πάρα δ᾽ ἄτα

Del poder y de la guerra…

Ya que estamos con el oráculo de Delfos, no puedo menos de recordar uno de los ambiguo pronósticos de la Pitia. Según cuentan Herodoto y Cicerón,  a la pregunta de Creso (rey de Lidia en el siglo VI a. C.) que quería saber si tendría éxito invadiendo Persia, la Sibila respondió de la siguiente forma:

Creso, si cruzas el río Halys destruirás un gran imperio

Ni corto ni perezoso, el último rey de Lidia invadió Persia.  Pero, contra lo que había creído, el imperio destruido no fue el de sus enemigos, sino el suyo propio.

Sibila Delphica. Miguel Ángel. Capilla Sixtina. Wikipedia

Sibila Delphica. Miguel Ángel. Capilla Sixtina. Wikipedia

No sé si será cierto que Vladimir Putin consulta pitonisas, ni tengo idea de lo que estas podrían haberle respondido antes de proceder a la invasión de Ucrania. Tampoco sé si, como se comenta, le guía el propósito de medirse con la Unión Europea y de recrear el esplendor imperial ruso.

Lo que sí enseña la historia de los viejos imperios es que la Sibila puede jugar malas pasadas.

Restos del poder. Fuente Risk.net

Restos del poder. Fuente Risk.net


Luis Ccosi Salas, el dibujante de Machu Picchu

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Machu Picchu Foto de Manuel Scollo

Machu Picchu Foto de Manuel Scollo

Para el Dr. Ernesto Ávila, eminente cardiólogo del Cusco

Mis visitas a las librerías de segunda mano de Gotemburgo me permiten de vez en cuando conseguir por precios módicos libros amables. A menudo son libros que traen recuerdos o, por añadidura, suscitan mi admiración.

Este es el caso de Machu Picchu de Hermann Buse de la Guerra (Lima, 1920 – Lima, 1981) que adquirí en perfecto estado por el equivalente de cinco euros. Me dirán que exagero, pero volví a casa como un niño con zapatos nuevos.

Viví en el Perú en mis años mozos y lo siento como mi segunda patria.  Así que, cuando te has identificado con sus gentes y el país durante años, hablas la lengua y hasta lograste manejarte con el quechua, y tienes allá un montón de amigos, entonces, seguro que entienden que me alegre mucho el simple hecho de encontrar tan lejos este hermoso libro, que describe e ilustra un lugar tan excepcional como Machu Picchu, donde estuve cuando no había casi turistas y volví por segunda vez en el año 2009.

Hermann Buse fue un escritor, periodista, profesor y catedrático peruano. Dentro de su vasta producción bibliográfica abarcó diversos temas referentes a la arqueología, la historia, el mar y la geografía del Perú. Fue también Presidente del Patronato Nacional de Arqueología del Perú.

La edición que tengo entre las manos es la tercera (Lima, Studium, 1978) de su obra, publicada por primera vez en 1961 (Lima, Nueva Crónia), ilustrada con 20 dibujos magníficos de Luis Ccosi Salas y soberbias fotos de Manuel Scollo .

Machu Picchu por H.Buse de la Guerra

Machu Picchu por H.Buse de la Guerra

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Los dibujos de Luis Ccosi Salas

Luis Ccosi Salas (Puno 1910 – Lima 2003) fue un consumado escultor y virtuoso dibujante que entre los años 1940 y 1947 colaboró estrechamente con Julio César Tello (Huarochirí 1880 – Lima 1947),  médico y antropólogo, considerado el padre de la arqueología peruana. Descubrió las culturas Chavín y Paracas e impulsó y creó el Museo de Arqueología Peruana en Pueblo Libre, Lima. De él aprendió Luis Ccosi el amor por las culturas del antiguo Perú. La minuciosa maqueta de Machu Picchu que se exhibe en aquel Museo, en la Sala Tahuantinsuyo, es obra de nuestro dibujante y escultor.

Machu  Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

Machu Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

Es difícil que yo pueda comentar los dibujos de Ccosi mejor que el autor del libro, del que he extraído algunos textos.

Y qué mejor que alguna foto de Manuel Scollo para completar la glosa.  Por desgracia no he encontrado datos biográficos de este fotógrafo, salvo, curiosamente, la mención de una  “Exposición de Arquitectura Peruana antigua y moderna” organizada en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en agosto-septiembre de 1950 por el diplomático peruano Raúl M. Pereira, con la cooperación además, del Museo Etnográfico de Gotemburgo. La  exposición se basaba  principalmente en ampliaciones de fotografías artísticas del Manuel Scollo y  las obras de arte peruano antiguo del Museo Etnográfico.  La muestra, de la que se imprimió un catálogo,  viajó al Museo de Norrköping, donde estuvo abierta de diciembre de 1950 a enero de 1951.

Para más detalles al respecto cfr.: Instituto Ibero-americano de la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Gotemburgo,  Informes Anuales de 1939 a 1964 Göteborgs Universitet 2005 (página 69)

 http://www.utbildning.gu.se/digitalAssets/861/861604_informe_anual_1939-1964.pdf

Machu  Picchu. Foto de Manuel Scollo

Machu Picchu. Foto de Manuel Scollo

El río Urubamba y Machu Picchu

Es, pues, un río extraordinario, como corriente de  agua y como quebrada, como potencia hidráulica y como  paisaje. Y, además, en lo que atañe al hombre, un río célebre porque en lo alto de los cerros que lo marginan hay pruebas sorprendentes de civilización, testimonios de  construcciones triunfales como no hay en otro lugar deI mundo. Una serie interminable casi desde las nacientes.  Allí, perdida en un estribo inaccesible, con abismos a un lado y otro y el río abajo; enroscado, bramador como en ninguna parte de su trayecto, entre una cumbre maciza, ancha, y una aguja que se eleva a los cielos; unas veces envuelta en vapor, otras bajo cielo limpio, azul, y toda ella invadida par la violencia de una lujuriante vegetación, se entrega  a los ojos absortos, sobre el telón lejano de los cerros inmensos, la ciudad única, que llaman Machu Picchu. (H. Buse, pág. 37)

Machu Picchu. Dibujo de  Luis Ccosi Salas

Machu Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

Equilibrada entre dos inmensidades…

…ciudadela vertical, religiosa y profana, escalonada, pétrea y florida, militar, monástica y labriega, decorativa y escueta, colgada sobre abismos profundos y anhelantemente abierta hacia los más altos abismos del cielo, titánica obra de seres pequeñitos y humildes, suma expresión de fortaleza lograda por la cooperación de pacientes debilidades incansables, vertical todo el tiempo, siempre subiendo, siempre bajando, tanto en sus interminables escalinatas, como en sus caídas de agua y en sus andenerías; equilibrada entre dos inmensidades, es a la vez tierna y hierática y con ternura y con hermético ademán representa una profunda actitud humana de todos los tiempos y todas lás épocas auténticas, mediante un gesto íntimamente propio de esta tierra y de este pueblo

(cita de Federico Costa y Laurent. en H. Buse pág.214)

Machu Picchu. Dibujo reconstrucción de Luis Ccosi Salas

Machu Picchu. Dibujo reconstrucción del área de Los Morteros. Luis Ccosi Salas

En la cumbre del Huayna Picchu

Así, pues, la cumbre es un lugar de privilegio para repasar y recordar; y también para medir, en definitiva, con medida de admiración, la grandeza de la obra humana. Las montañas inmensas, el río, los precipicios, el cielo alto ora limpísimo, ora abarrotado de vapores, el manto de selva, el viento que azota duro, la lluvia tenaz que levanta una música monocorde de las copas de los árboles, estas cosas grandes del mundo y otras que se pierden en la lejanía, contribuyen a la medida justa de la obra del hombre.

Huayna Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

Huayna Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

Al construir la ciudad, no deshizo el hombre la unidad cósmica que reina en este pedazo de piedra. El mundo, que aquí es soberbio, lo desafió, y el respondió al reto, igualándolo. Hizo algo digno de las montañas, del río, de los precipicios. Y contagiado de la perennidad de las obras del Creador, levantó una ciudad que quiere ser eterna.  (H. Buse, pág. 170)

Machu  Picchu. Dibujo de  Luis Ccosi Salas

Machu Picchu. Dibujo de Luis Ccosi Salas

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Bastantes años más tarde, Machu Picchu se veía así cuando lo visitamos en familia en agosto del 2009…

Machu Picchu y el Huayna Picchu. 2009. Foto M..Puig

Machu Picchu y el Huayna Picchu. 2009. Foto Magnus Puig

Machu Picchu. Andenerías hacia el abismo. Foto Magnus Puig

Machu Picchu. Andenerías hacia el abismo. Foto Magnus Puig

El grupo de los Morteros con el Huayna Picchu al fondo. 2009. Foto M.Puig

El grupo de los Morteros con el Huayna Picchu al fondo. 2009. Foto Magnus Puig


De un paseo por Birmingham.

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Birmingham. Detalle de una de las vidrieras de Edward Burne Jones en la catedral.  Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de una de las vidrieras de Edward Burne-Jones en la catedral. Foto R.Puig

Para mis nietos

Hace una semana he vuelto de los Midlands ingleses.  El objetivo principal ha sido pasear con mis nietos y compartir tareas y veladas con sus papás.  Nada particularmente extraordinario para los que tenemos la familia en diáspora. Así que la imagen que abre la portada de hoy es lo que más le gustó a mi nieta de nuestro paseo de unas horas por la industriosa Birmingham.

Curiosamente,  en la guía turística de Inglaterra (“England for everyman”) editada por primera vez en 1933 y actualizada en 1965 por la prestigiosa firma de guías turísticas -“prácticas e históricas”- de la editorial J.M Dent & Sons Limited de Londres (“astonishingly near to perfection” según reza su solapa) no creyeron relevante hablar de Birmingham. La palabra más cercana en su copioso índice de materias es Birchington. ¿No han estado nunca en Birchington? Pues no se pierdan su selecto balneario y sus playas de arena no lejos de la desembocadura del Támesis, ni la tumba del pintor y poeta prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti (Londres, 1828 – Birchington-on-Sea,1882), enterrado en el cementerio que rodea la iglesia del pueblo.

Lejos de esas playas, en los West Midlands, aunque la guía lo ignore, se halla el extraordinario Museo y Galería de Arte de Birmingham donde se puede admirar una de las mayores colecciones de obras de la Hermandad Prerrafaelita, varias de ellas de ese pintor que fue a morir frente al mar de Birchington en la casa de vacaciones de un amigo.

Birmingham. La fachada del Museo. Foto R.Puig

Birmingham. La fachada del Museo. Foto R.Puig

Pero quien tiene más obras expuestas en el Museo de Birmingham es Edward Burne-Jones (Birmingham 1833 – London 1898). El artista pintó también los cartones de las vidrieras que se pueden admirar en la catedral barroca, ejecutadas por su amigo William Morris (1834-1896).

Birmingham. La catedral barroca del siglo XVIII.  Foto R.Puig

Birmingham. La catedral barroca del siglo XVIII. Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de vidriera de Edward Burne Jones en la catedral.  Foto R.Puig

Birmingham. Vidriera de Edward-Burne Jones en la catedral. Foto R.Puig

Birmingham.  Detalle de vidriera de Edward Burne Jones en la catedral.  Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de vidriera de Edward Burne-Jones en la catedral. Foto R.Puig

Además del niño Jesús que encabeza esta crónica, a mi nieta de cinco años lo que más le gustó de nuestra visita a Birmingham fue el gran plato de fish and chips que se comió en el Old Joint Stock Pub, situado frente a la catedral.  Era en su día un banco. Hoy, en su gran salón, no se calculan dividendos, se trasiegan pintas de cerveza y se come a la inglesa.

Birmingham. Interior del Old Joint Stock Pub. Foto R.Puig

Birmingham. Interior del Old Joint Stock Pub. Foto R.Puig

Tras haber guardado en la mochila mi venerable guía, inútil para visitar la ciudad aunque deliciosamente literaria, nos guiamos por una bien reciente que me había prestado mi yerno, para apoyar nuestro paseo entre Victoria Square y el Bull Ring .

A la estatua The River de Dhruva Mistry (Gujarat, India, 1957) en Victoria Square, los naturales del lugar la han bautizado, con cierto tono misógino y puritano, como Floozzie in the Jacuzzi, ignorando que su ecléctico escultor parece haberse inspirado en los modelos clásicos de las divinidades fluviales masculinas romanas, en este caso creando una deidad-río femenina.

The River by Dhruva Mistry. Foto R.Puig

The River. Obra del escultor indio Dhruva Mistry. Foto R.Puig

Así que puede que sea un impulso previsor lo que ha determinado al escultor a escoltar a la diosa con una esfinge guardiana. Quizás ella disuada a enfermizos iconoclastas. No se sabe, a veces se empieza por las palabras y luego se pasa a los hechos.

Guardian by Dhruva Mistry. Victoria Square. Birmingham. Foto R.Puig

Guardian de Dhruva Mistry. Victoria Square. Birmingham. Foto R.Puig

Al otro lado de la plaza hay otra “deidad” integrante del panteón británico, en su caso  convenientemente vestida, como corresponde a los códigos de la época que lleva su nombre. Se trata de la Reina Victoria, en este caso envuelta en humo de suculentas fritangas.

La Reina Victoria al olor de la cebolla frita. Foto R.Puig

La Reina Victoria al olor de la cebolla frita. Al fondo el City Hall. Foto R.Puig

Y, un poco más lejos, la Chamberlain Square de trazado geométrico habilidoso y, a mi modo de ver, a pesar de los condicionantes, afortunado.

Juego de líneas en Chamberlain Square. Birmingham. Foto R.Puig

Juego de líneas en Chamberlain Square. Birmingham. Foto R.Puig

Recostado en sus escalinatas, inmortalizado en bronce, el compositor Thomas Atwood (1765-1838), que fue alumno de Mozart y uno de los clásicos de la música coral anglicana, imagina partituras para siempre inconclusas

Efigie del compositor Thomas Atwood en las escalinatas de Chambertlain Square. Foto R.Puig

Efigie del compositor Thomas Atwood en las escalinatas de Chamberlain Square. Foto R.Puig

https://www.youtube.com/watch?v=lAmWl8xWmZQ  (Teach me, Oh Lord by Thomas Atwood)

Este bronce del noble músico inglés es otra de las atracciones para quien pasea con niños por Birmingham, garantizado.

En el otro extremo de la New Street, mientras se circula por la avenida peatonal entre las dos moles comerciales del Bull Ring, aparece demediada la silueta de la iglesia de San Martín, medieval en su origen y neogótica en su versión actual.

Birmingham. Saint Martin desde la avenida peatonal del Bull Ring. Foto R.Puig.

Birmingham. Saint Martin desde la avenida peatonal del Bull Ring. Foto R.Puig.

En ella se conserva, oportunamente salvada de los bombardeos de la II Guerra Mundial, otra vidriera de Burne-Jones y de William Morris, más sobria en su estilización prerrafaelita que las de la catedral.

Birmingham. Vidriera de William Morris siguiendo cartones de Burne Jones. 1877 en la iglesia de Saint Martin. Foto R.Puig

Birmingham. Vidriera de William Morris siguiendo cartones de Burne-Jones. 1877 en la iglesia de Saint Martin. Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de la vidriera de Burne Jones y William Morries en la iglesia de Saint Martin. Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de la vidriera de Burne-Jones y William Morris en la iglesia de Saint Martin. Foto R.Puig

Naturalmente, mi nieta también descubrió la otra versión del mismo niño.

Birmingham. Detalle de la vidriera de Burne-Jones y William Morris en la iglesia de Saint Martin.  Foto R.Puig

Birmingham. Detalle de la vidriera de Burne-Jones y William Morris en la iglesia de Saint Martin. Foto R.Puig

Y si alguno de ustedes, anduviese un día de shopping por Birmingham, lograse abrirse paso en medio de la marea humana que invade el interior del Bull Ring y levantase la mirada, podría contemplar también unas curvas arquitectónicas modernistas, en este caso las de los almacenes Selfridges.

Birmingham. Los almacenes Selfridges.  Foto R.Puig

Birmingham. Los almacenes Selfridges. Foto R.Puig

Al despedirnos de la ciudad, podemos lanzarle una última mirada desde el tren que nos lleva de retorno a Leicester.  No será tan triste y tan definitiva como la de estos emigrantes ingleses del siglo XIX, que observan los últimos perfiles de las costas de su patria, desde la nave que les transporta a Norteamérica.

Ford Madox Brown. The last of England. Detalle. Birmingham Museum. Foto R.Puig

Ford Madox Brown. The last of England. Detalle. Birmingham Museum. Foto R.Puig


Deambulando de nuevo por Leicester

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Tronera sobre puerta de entrada den la muralla medieval. Leicester. Foto R.Puig

Tronera sobre puerta de entrada de la muralla medieval. Leicester. Foto R.Puig

Para Dimitris y María

Desde la Edad de Hierro, cuando era una capital tribal, al momento actual, con más de 300.000 habitantes, Leicester ha pasado por muchas vicisitudes hasta convertirse en una ciudad multiétnica y pluricultural. De ser centro del comercio de ganado, lanas y productos agrícolas en el Medioevo, evolucionó hasta convertirse, revolución industrial mediante, en la segunda ciudad europea en renta per cápita en los años treinta del pasado siglo.

Con las guerras y la necesidad de producir armamento y suministros para el ejército, desde cañones hasta botas y vestimenta militar para los tommies, la demanda de mano de obra subió tanto que llegó a entrar en colisión con las necesidades de reclutamiento. Otro efecto fue que las mujeres accedieron a un nivel de pleno empleo comparable al de los hombres. Leicester pasó página abandonando los hábitos de la sociedad victoriana.

Las necesidades de otro tipo de viviendas condujeron a la casi desaparición del casco antiguo que había alcanzado niveles de insalubridad inaguantables para quienes iban obteniendo mejores ingresos.

Casas victorianas renovadas. Leicester. Foto R.Puig

Casas victorianas renovadas. Leicester. Foto R.Puig

La inmigración posterior a la II Guerra Mundial de familias y trabajadores, procedentes de los países que fueron colonias británicas, han compuesto el melting pot del Leicester actual.

Algo de historia

Pasear por Leicester, tras el reciente descubrimiento del esqueleto de Ricardo III (1452 – 1485) bajo el asfalto de un aparcamiento, es encontrar abundantes referencias a aquella época.

Tanto más si, como se va confirmando, la imagen de villano, asesino de sus dos sobrinos y usurpador del trono de Inglaterra, popularizada por Shakespeare (1564-1616), inspirada por una historia del rey que escribió en inglés Thomas More (1478–1535), hubiera sido traducida, al pie de la letra, del libelo calumnioso escrito en latín por el cardenal John Morton (1420-1500), que conspiró para ayudar a Henry Tudor (1457-1509) a derrocar al que tenía todas las trazas de haber llegado a ser el mejor rey de Inglaterra, si no le masacran en la batalla de Bosworth en 1485, a pocos kilómetros de Leicester.

Ricardo III según imágenes de la época

Ricardo III según imágenes de la época

Hay una novela, basada en documentos y trabajos históricos que han estudiado aquellos supuestos crímenes, que sigue la pista a la construcción de lo que la novelista desentraña como un infundio:  Tey, Josephine, The Daughter of Time, Random House, 1951 (reedición en Arrow Books en 2009). Esta ficción histórica parece irse confirmando en investigaciones posteriores.

Según estas hipótesis, quien verdaderamente quitó de en medio a los sobrinos de Ricardo III fue en realidad su vencedor y sucesor Enrique VII (Henry Tudor), para imposibilitar cualquier debate dinástico. Si se piensa en la crueldad de su hijo, Enrique VIII, no sería raro que tal astilla venga de un palo similar.

De la rehabilitación de Ricardo III, pero sobre todo de la desmitificación de las historias de Thomas More y de Thomas Cromwell se ocupa la trilogía de la novelista histórica Hilary Mantel y una serie de TV de la BBC de la que quizás acabemos hablando. A pesar de que la obra de esta autora sea novelada, su historia del Lord Canciller Cromwell, a quien Enrique VIII mandó decapitar en 1540, para acto seguido rehabilitarlo y llorar su desaparición, ha sido considerada correcta por historiadores competentes (Cfr. Borman, Tracy, Thomas Cromwell. The untold story of Henri VIII’s most faithful servant, London, Hodder & Stoughton, 2014).

En todo caso, son numerosos los carteles que junto a sus monumentos hablan de Ricardo III por la ciudad de Leicester.

Puente de acceso a la antigua abadía. Abbey Park. Foto R.Puig

Puente de acceso a la antigua abadía. Abbey Park. Foto R.Puig

En un largo paseo por el Parque de la Abadía, tuvimos ocasión de encontrarnos con otro controvertido personaje del siglo XVI, el cardenal Thomas Wolsey (1471-1530), Lord Canciller de Inglaterra con Enrique VIII (1491-1547).  Cuando cayó en desgracia y mientras era trasladado a la Torre de Londres desde el norte de Inglaterra, murió y fue enterrado en la Abadía de los Agustinos de Leicester.

Ruinas del refectorio de la abadía de Santa María, s.XII, en Leicester.  Foto R.Puig

Ruinas del refectorio de la abadía de Santa María, s.XII, en Leicester. Foto R.Puig

De ella solo quedan los fundamentos de sus muros y columnas.

Bases de las columnas de la nave de la igelesía de la abadía de Santa. María. Foto R.Puig

Bases de las columnas de la nave de la iglesia de la abadía de Santa. María. Foto R.Puig

Un piedra tumbal en el recinto de la capilla donde se sabe fueron sepultados sus restos espera a que los arqueólogos vengan a excavar para encontrarlos.

Losa memorial en el recinto de la capilla donde se asevera fue enterrado Wolsey. Foto R.puig

Losa memorial en el recinto de la capilla donde se asevera fue enterrado Wolsey. Foto R.Puig

Pero también hay una estatua barata frente a la hamburguesería del parque más para publicidad que como contribución al arte escultórico, ofrecida a la ciudad por una firma que fabrica y comercializa ropa masculina.

Este monumento, si así calificarse puede, parece más propio de un parque temático y no está a la altura del lugar y de las huellas de la historia de Inglaterra que alberga el parque.

Pero divierte a los niños.

Estatua del Cardenal Wolsey en Abbey Park. Detalle. Foto R.Puig

Estatua del Cardenal Wolsey en Abbey Park. Detalle. Foto R.Puig

Así le retrataron medio siglo después de su muerte (la verdad es que no sé con qué versión quedarme)

Sampsom Strong. Thomas Wolsey. Madalen College. Oxford

Sampsom Strong (c.1550-1611). Thomas Wolsey. Madalen College. Oxford

Un sosegado lugar de recreo

Abbey Park.  Foto R.Puig

Abbey Park. Foto R.Puig

Abbey Park es un magnífico entorno para el esparcimiento

Abbey Park. Foto R.Puig

Abbey Park. Foto R.Puig

para la gente y para las aves

En Abbey Park.  Foto R.Puig

En Abbey Park. Foto R.Puig

Otros monumentos

Cabeza clava. Iglesia de St.Mary. Leicester. Foto R.Puig

Cabeza clava. Iglesia de St.Mary. Leicester. Foto R.Puig

En otra zona de la ciudad se alza la iglesia de St. Mary de Castro iniciada en estilo románico, como atestiguan sus más antiguos arcos, y concluida en estilo gótico.

Leicester. Iglesia de St.Mary.  Foto R.Puig

Leicester. Iglesia de St.Mary. Foto R.Puig

Era parte del antiguo recinto amurallado del castillo, construido en el siglo XI, que hasta 1992 fue el lugar de los tribunales. En la plaza que separa los dos edificios se precipitó hace unos años el chapitel de la torre, todavía airosa aunque desmochada.

Leicester's Castle. Foto R.Puig

Leicester’s Castle. Foto R.Puig

En el castillo subsisten aún las vigas de roble que se colocaron en 1523 en sustitución de las originales y su fachada apacible esconde una historia de calabozos subterráneos. Para añadir morbo, la información escrita que un personal muy amable nos facilita habla del descubrimiento de esqueletos de ejecutados junto a sus cimientos.

Revisitando el Museo del New Walk

Las cerámicas de Picasso

Cerámicas  de Pîcasso. La sala de la colección Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Cerámicas de Pîcasso. La sala de la colección Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Del Museo de Leicester ya habíamos tratado hace un año y medio con ocasión de mi anterior visita a la ciudad, pero no habíamos ilustrado la magnífica colección de cerámicas de Pablo Picasso (1881-1973), de la que hizo donación el actor, director y productor de cine Richard Attenborough (1923-2014).

Me entretuve en fotografiar algunas de las imaginativas fisionomías que Picasso plasmó en ellas durante las últimas décadas de su vida en que se dedicó con enorme placer a innovar el arte de la cerámica en los talleres de la fábrica de cerámicas Madoura en Vallauris, donde entre 1946 y 1971 ejecutó unas cuatro mil obras originales. De más de 600 modelos los esposos Suzanne y Georges Ramié realizaron ediciones bajo la supervisión directa del artista.

Cerámica de Pîcasso. Colección  Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Cerámica de Pîcasso. Colección Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Entre las varias innovaciones que Picasso introdujo destaca la invención de la “impresión cerámica original”, por la cual el plato trabajado se convierte en una plancha de la cual se sacan copias inversas, cada una con dibujos, incisiones, incluso con texturas y masa añadidas,  y colores individualizados.

Cerámica de Pîcasso. Colección Attenborough.  Museo de Leicester. Foto R.Puig

Cerámica de Pîcasso. Colección Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Fue en aquel taller donde conoció a Jacqueline Roque Hutin (1927-1986) con la que se casó en 1961. Su imagen aparece en numerosas cerámicas de Vallauris.

Cerámica de Pîcasso. Colección Attenborough. Museo de Leicester.  Foto R.Puig

Cerámica de Pîcasso. Colección Attenborough. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Hay también cerámicas de Picasso en la colección que Eugenio Arias, que fue su barbero y amigo, donó a su pueblo, haciendo así posible que haya un Museo Picasso en Buitrago de Lozoya (Madrid).

Otras cerámicas deslumbrantes del artista, que por desgracia se subastaron pieza a pieza en Christie’s  en 2012, son las de la colección Madoura.

Expresionismo alemán

En mi anterior crónica de Leicester también traje al blog la colección de expresionistas alemanes de Leicester, que ahora se puede visitar virtualmente en su integridad.

Karl Schmidt Rottluff. Horse and carriage.1910. Lapiz y tinta

Karl Schmidt Rottluff. Horse and carriage.1910. Lapiz y tinta

Ernst Neuschul. Messias. 1919. Museo de Leicester. Colección Hess

Ernst Neuschul. Messias. 1919. Museo de Leicester. Colección Hess

Por ello me limito seleccionar aquí unos pocos ejemplos.

Franz Marc. Red woman. 1912. Museo de Leicester.

Franz Marc. Red woman. 1912. Museo de Leicester.

Von Javlenski. Head in black and green. Museo de Leicester. Colección Hess

Von Javlenski. Head in black and green. Museo de Leicester. Colección Hess

Hablé de los orígenes de esta colección en la crónica de Leicester de hace más de año y medio: Divagaciones inglesas (II). Por el museo y por las calles de Leicester

La Sala Victoriana

Charles Green. La chica que he dejado atrás. 1880. Museo de leicester. Foto R.Puig

Charles Green. La chica que he dejado atrás. 1880. Museo de Leicester. Foto R.Puig

El Museo tiene una colección de pinturas que refleja las preferencias artísticas de la llamada sociedad victoriana, que corresponde a la época que coincide con el largo reinado de la reina Victoria (1837-1901).

Están reunidas en una única sala y coinciden con lo que se promovía en las academias o se admiraba en los artistas de entonces y de tiempos anteriores, al menos entre las clases pudientes e interesadas por la compra de obras de arte.

Sentimientos familiares y heroicos

Charles Green. La chica que he dejado atrás. 1880. Detalle. Museo de   Foto R.Puig

Charles Green. La chica que he dejado atrás. 1880. Detalle. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Filantropía, desinterés y generosidad hacia los necesitados.

William Small. El buen samaritano 1899. Museo de Leicester

William Small. El buen samaritano 1899. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Mitología de tintes románticos y épicos

Frederick Leighton. Detalle de Perseo y Pegaso. 1896. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Frederick Leighton. Detalle de Perseo y Pegaso. 1896. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Efemérides bélicas

William Bass. La batalla de Bosworth. 1839. Museo de Leicester. Foto R.Puig

William Bass. La batalla de Bosworth. 1839. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Escenas de la naturaleza en todo su poder, grandes marinas, naufragios

Edmund J Niemann. 1868. Filey Brigg. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Edmund J Niemann. 1868. Filey Brigg. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Pero también la vida idealizada del campo

Thomas Sidney Cooper. Ganado en el paisaje. Detalle. 1836. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Thomas Sidney Cooper. Ganado en el paisaje. Detalle. 1836. Museo de Leicester. Foto R.Puig

Exotismo oriental y fisionomías del vasto imperio que despertaban la curiosidad de los salones

Frederick Leighton. Cabeza de árabe. 1857.Museo de Leicester. Foto R.Puig

Frederick Leighton. Cabeza de árabe. 1857.Museo de Leicester. Foto R.Puig

El retrato de las familias de la buena sociedad

Thomas Hudson hacia 1756. La Sra. Mitchell y sus hijos Anne y Matthew. Detalle

Thomas Hudson hacia 1756. La Sra. Mitchell y sus hijos Anne y Matthew. Detalle

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Hoy, el Imperio Británico pasó a la historia y los niños encuentran instalaciones de su gusto frente a esos cuadros que ornaban las paredes de la burguesía y la aristocracia victorianas, en esta ocasión rodando sobre el piso de madera de la sala, empujando unos ruidosos y pesados carricoches

Aspecto de la sala Victoriana acomodada para los niños. . Museo de Leicester. Foto R.Puig

Aspecto de la Sala Victoriana acomodada para los niños. . Museo de Leicester. Foto R.Puig

Epílogo

Evocación de aquella época imperial de fastos militares son dos cañones rusos capturados por el Royal Regiment of Leicestershire en 1855, en el sitio de Sebastopol, la última gran batalla que selló el final de la guerra de Crimea con la rendición de los rusos.

Se exhiben delante del museo de historia de la ciudad al costado del Magazine Gateway.

Cañón capturado en la batalla de Sebastopol  en 1855. Leicester. Foto R.Puig

Cañón capturado a los rusos en la batalla de Sebastopol en 1855. Leicester. Foto R.Puig

Y ya que Crimea, como enclave de ambiciones territoriales y conflictos renovados, ha vuelto a la más candente actualidad, quién sabe si David Cameron va a tener que devolverle uno de los cañones a Vladimir Putin, empaquetado en celofán, como regalo de apaciguamiento.

Es sabido que los grandes machos son a ratos sentimentales, hasta las lágrimas.


Breverías erasmianas (XVIII): “Saxum volvere”. Sísifo en los adagios de Erasmo y en el pensamiento de Albert Camus

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Más horas de luz. Foto R.Puig

Más horas de luz. Foto R.Puig

Parece que ya se retira el invierno. Dicen que ha sido más gris que los anteriores. No sé qué fotómetros lo miden, pero la prensa sueca nos informa de que las horas oscuras fueron ochenta y tres más que en el pasado.

Si no me he dado cuenta puede que se deba a que otro tipo de oscuridades atraían nuestra atención durante este invierno, como si en esa noosfera nuestra, cuando pareciera que aumentase, laboriosa y a través del dolor de los siglos, la proporción de racionalidad en detrimento de la barbarie, y que cientos y cientos de millones de seres humanos osasen ya regirse por la concordia y la razón frente a la irracionalidad y los dogmas, hayan de volver inexhaustos los vientos oscuros y las insaciables furias a cercenar millones de esperanzas y millares de vidas, esgrimiendo doctrinas y mensajes insensatos.

Esto no se acaba

Esto no se acaba

No es difícil encontrar obras escritas y gráficas que han expresado la desazón ante la ardua e inacabable tarea de la humanidad frente a las monstruosidades que se abren camino una y otra vez cuando la razón se duerme.

Goya. Esto es peor

Goya. Esto es peor

Ningún artista  ha sabido expresarlo como Goya, con esos grabados en que la negrura de la violencia y la sinrazón devora los modestos progresos de las luces.

Goya. Grande hazaña con muertos.

Goya. Grande hazaña con muertos.

Son esas oscuridades pertinaces las que me han hecho recordar, a partir de un adagio comentado por Erasmo de Rotterdam, la ingente tarea de Sísifo, empujando una y otra vez su piedra y sobreponiéndose al absurdo de un permanente volver a empezar.

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“Saxum volvere”

Empujar la piedra

Adagio II, iv, 40

Saxum volvere. Foto R.Puig

Saxum volvere. Foto R.Puig

Qui   inexhausto   quopiam   atque  inutili  labore  fatigantur…

Quienes se atormentan con un trabajo interminable e inútil lo que hacen, como se suele decir, es hacer rodar una roca. Como dice Terencio en ‘el Eunuco': ‘Ya le dado bastantes vueltas a esta piedra’

(la expresión es en realidad del Miles Gloriosus de Plauto )

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Donato señala que el proverbio alude a quienes son víctimas de un esfuerzo inevitable aunque inútil, y opina que el origen está en la famosa leyenda de Sísifo, empujando la piedra arriba y abajo en los infiernos

Qui   inextricabili   sudore,   sed   inutili,   affligerentur,   tractumque   putat   a   notissima   Sisyphi   fabula,   saxum   apud   inferos   sursum   ac   deorsum   volventis

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Dice que él mismo, astuto y perspicaz, tuvo que hacer como Sísifo, ante un funcionario estólido, al que con razón llama pedrusco

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pag. 1108, la traducción es mía)

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Sísifo. Tizianno 1549. Museo del Prado.

Sísifo. Tizianno 1549. Museo del Prado.

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Arriba y abajo

“Sursum ac deorsum”

Adagio I iii 85  

La glosa de este adagio comienza con la referencia al trabajo de esclavo de Parmenón en el Eunuco de Terencio, corriendo sursum ac deorsum, de mensajero entre su dueño (Fedria) y la mujer que este corteja (Tais).

Luego pasa a significados de “mayor estilo” el primero de los cuales se refiere a los jurisconsultos:

Los abogados saltan rápidamente de volumen en volumen, entre una ley y otra, de un interpretación a otra, cambiando de posición a menudo como quien vaga arriba y abajo. Es una metáfora sacada de la leyenda de Sísifo, empujando su piedra en el inframundo

Ea metaphora mutuo sumpta videtur a Sisyphi fabula saxum volventis apud inferos

Como de costumbre, sigue una lista de citas que se refieren a quienes, para conseguir sus objetivos, lo intentan todo laboriosa e incansablemente (Demóstenes, Aristófanes, Eurípides, Platón, Arístides, Plutarco, Menadro y Ateneo). Más otras referencias (Terencio, Donato, Juliano) que aluden a un sentido tragicómico y hasta lúdico de la expresión, sobre aquellos que todo lo confunden y remueven.

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, ppp. 320-322, la traducción es mía)

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No dejar cuerda sin mover

“Omnem rudentem movere”

Adagio I iv 31

En un sentido parecido, no de remover sino de accionar todos los resortes de una situación, Erasmo también recorre arriba y abajo toda la literatura clásica para explicarnos como en este sentido han usado la expresión “tocar todas las cuerdas” una serie de autores. Aristófanes en el sentido de no rendirse; Luciano en el de buscar la revancha; Apolonio en la búsqueda de la ganancia comercial; Platón en reflexionar cuidadosamente (en el diálogo que titula Sísifo); y Julio Polux en el que quizás sea el sentido metafórico original y el más hermoso:

Navegábamos soltando todos los cabos y ‘con todo nuestro cordaje’. Describe así una navegación difícil en la que todo ha de intentarse

Navigabamus omni moto rudente et omnibus rudentibus. Ad eum modum significat difficilem navigationem, in qua omnia tentanda

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pag.356, la traducción es mía)

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Erasmo como metáfora

Erasmo trabajó sin descanso buscando y examinando los sentidos de cada proverbio en la literatura griega y latina y en sus comentaristas y recopiladores.  Esa es la tarea ingente (“trabajos de Hércules”) que se marcó durante décadas y que ha hecho de sus Adagios un monumento filológico y literario único.

Con la analogía del trabajo hercúleo alude a esa ingente labor filológica de aquellos años de inicios del siglo XVI en los que se dejaba las pestañas en las bibliotecas y archivos y en la imprenta de Aldo Manuzio, escribiendo sin parar, revisando el trabajo de los cajistas y corrigiendo las pruebas de imprenta sobre la marcha, como un nuevo Sísifo empujando sin cesar la piedra.

El comentario en que lo cuenta forma parte de a uno de sus adagios largos, de esos en que no se limita a la glosa y a la cita filológicas. Son esos en los que vierte su propia experiencia de la vida, sus inquietudes y su filosofía. En este caso, además, es un hermoso testimonio del trabajo del sabio erudito en las primeras décadas de la imprenta en Europa. Es bien sabido que fue él quien con mayor inteligencia y habilidad supo sacarle partido en los albores del siglo XVI y varios lustros antes que Lutero y otros reformadores.

Los trabajos de Hércules

“Herculei labores”

Adagio III, I, 1

Una vida entera apenas bastaría para el examen y análisis de tantos poetas en ambas lenguas, tantos gramáticos, tantos oradores, tantos dialécticos, tantos sofistas, tantos historiadores, tantos matemáticos, tantos filósofos, tantos teólogos, siendo así que sólo catalogar sus obras agotaría a un hombre; y esto no sólo de una vez por todas, sino arriba y abajo, tan frecuentemente como el contexto exija que cual Sísifo empujes tu piedra hasta la cima del monte. Pienso que no habrá nadie que no vea, nadie que no se dé cuenta de que esto es algo enorme. Ahora bien, pregunto, ¿qué proporción tiene esta tarea entre todos mis trabajos? He aquí que te queda un ejército casi mayor de comentaristas, de los cuales algunos por pereza y descuido, no pocos también por ignorancia (porque también estos han de ser cribados, sin duda para recoger algo de oro del muladar), han añadido una considerable carga a nuestros trabajos

Sisifo. Antonio Zanchi.  1660 a 65. Mauritshuis. La Haya

Sisifo. Antonio Zanchi. 1660 a 65. Mauritshuis. La Haya

Vix  aetas  humana  suffecerit,  ut  tot   utriusque  linguae  poetas,  tot  grammaticos,  tot  oratores,  tot  dialecticos,  tot  sophistas,   tot   historicos,   tot   mathematicos,   tot   philosophos,   tot   theologos,   quorum   vel   titulis   recensendis   defatigetur   aliquis,   excutias   ac   revolvas,   neque   id   semel,   sed   sursum   ac   deorsum  in  his,  utcunque  res  postularit  Sisyphi  saxum  volvere.  Jam  hoc  opinor  nemo   non   videt,   nemo   non   fatetur   esse   maximum.   At   ea   quota   portio   quaeso   nostri   sudoris  ?   En   tibi   restat   agmen   pene   majus   interpretum,   in   quibus   aliorum   supinitas   atque   indiligentia,   nonnullorum   etiam   imperitia   (nam   hi   quoque   sunt   evolvendi,   nimirum   ut   aliquando   legas   aurum   e   stercore)   non   mediocrem   sarcinam   adjunxere   nostris  laboribus.

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pag. 1474, la traducción es mía)

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Volvamos a Sísifo y a la causa de su pena

Según las leyendas de la literatura clásica, fue precisamente la astucia de Sísifo, lo que hizo reaccionar a Zeus, condenándole a empujar una roca montaña arriba para, una vez en la cumbre, ver como el dedo invisible de Dios la empujaba hacia abajo, arrastrándole con ella,  para volver a empezar, como castigo por osar engañarle.

 

Los engaños de Sísifo

“Sisyphi artes”

Adagio III vii 26

Se suele calificar como ‘engaños de Sísifo’ un consejo ingenioso y astuto. Aristófanes habla en ‘Los Acarnienses': ‘Saca sin tardar los hábiles trucos de Sísifo’.  Hay además otra razón por la cual el nombre de Sísifo está vinculado proverbialmente a la astucia.  La encontramos en un verso de Homero: ‘Sísifo, aquel a quien nadie en la tierra iguala en astucia’. El tema aparece de nuevo en el sexto libro de La Ilíada: ‘Aquí vivió Sísifo, un pícaro astuto como ninguno hubo’. De él descendía Ulises, al que Homero representó como astuto e inteligente

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pag. 1832, la traducción es mía)

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Sísifo en el siglo XX

Doy un salto de algunos siglos, porque estos adagios me llevan inevitablemente a otros textos dedicados al mito de Sísifo por un joven autodidacta y menesteroso, un periodista filósofo de menos de treinta años, un tuberculoso en pugna con su enfermedad que había asumido que moriría joven. Me refiero a Albert Camus.

Está empujando su roca, pero escribe entre 1939 y 1943 tres obras clave de la literatura filosófica del siglo XX; una novela: El extranjero; un ensayo: El mito de Sísifo; un drama: Calígula. Las entrañas de la culpa absurda, la rebelión metafísica contra el absurdo, la rebelión libertaria contra el imperio de la sumisión.

Albert Camus en 1939 durante el ensayo de Calígula. Foto B.Rouget en el períodico Alger Republicain

Albert Camus en 1939 durante el ensayo de Calígula. Foto B.Rouget en el períodico Alger Republicain

Una década más tarde, su rebelión habrá alcanzado una lucidez que no tiene parangón en la obra filosófica de aquellos años. Es en El hombre rebelde donde culmina su lucha contra el nihilismo totalitario y su apuesta por las personas, no en función de un futuro paraíso revolucionario, sino en el aquí y el ahora de la realidad en la que vivimos:

‘Me rebelo, luego somos’, al ‘estamos solos’ de la rebelión metafísica, la rebelión en su pugna con la historia añade que en lugar de matar y morir para producir el ser que no somos, hemos de vivir y hacer vivir para crear lo que somos

Albert Camus, L’homme révolté (1951), Gallimard, 1957 (edición 144ª), p. 309, las traducción es mía)

La culpa absurda

El pecado no reside tanto en saber (bajo ese punto de vista todos somos inocentes), como en querer saber. Es ese el único pecado que el hombre absurdo puede considerar constitutivo de su culpabilidad y a la vez de su inocencia

(Albert Camus, Le mythe de Sisyphe (1942), Gallimard, Folio/Essais, 2012, pag. 72, la traducción es míaa)

‘Mi espacio, dice Goethe, es el tiempo’. He aquí pues la palabra absurda. ¿Qué es en efecto el hombre absurdo? Aquel que, sin negarlo, no hace nada por lo eterno. No es que la nostalgia le sea extraña. Pero a ella prefiere su coraje y su razonamiento.  El primero le enseña a vivir sin apelación y bastarse con lo que tiene, el segundo le instruye sobre sus límites. En la certeza de su libertad a término, de su revuelta sin futuro y de su conciencia perecedera, continúa su aventura durante el tiempo de su vida.  Ahí está su terreno, ahí su acción que sustrae a cualquier juicio que no sea el suyo.  Para él, una vida más grande no puede ser una otra vida (p.95)

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Sísifo y Camus

Hemos comprendido que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio de la muerte y su pasión por la vida le han valido este suplicio indecible donde todo el ser se esfuerza para nada concluir (pag. 164)

Al final de este largo esfuerzo medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin fondo, la meta se ha alcanzado. Sísifo mira la piedra rodar en pocos instantes cuesta abajo, hacia ese inframundo desde el que habrá que remontarla hacia las cumbres. Desciende al llano.

Es durante ese retorno, esa pausa, cuando Sísifo me interesa. Un rostro que pena, ¡tan pegado a las piedras y ya piedra en sí mismo! Veo a ese hombre que desciende de nuevo marchando pesadamente pero con paso igual hacia el tormento del que no conocerá el fin…

… En cada uno de esos instantes, cuando abandona las cimas y se adentra poco a poco en las madrigueras de los dioses, es superior a su destino. Es más fuerte que su roca.

Si este mito es trágico, es porque su héroe es consciente. ¿Dónde estaría en efecto su pena, si a cada paso la esperanza de lograrlo le sostuviese? (p.165)

Toda la alegría silenciosa de Sísifo está ahí. Su destino le pertenece. Su roca es suya. Del mismo modo, el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace enmudecer a todos los ídolos. En el universo devuelto de repente a su silencio miles de pequeñas voces, deslumbradas, se elevan de la tierra…

No hay sol sin sombra y hay que conocer la noche. El hombre absurdo dice sí y su esfuerzo ya no cesará.  Si hay un destino personal, no hay en cualquier caso un destino superior o, al menos, no hay más que uno, que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, él se sabe dueño de sus días. En ese instante sutil en el que el hombre reexamina su vida, Sísifo, de vuelta a su roca, contempla esta serie de acciones desligadas que forman su destino, creado por él, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por la muerte.  De este modo, persuadido del origen totalmente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca rueda aún.

¡Dejo a Sísifo al pie de su montaña! Siempre se encuentra la propia carga, pero lo que Sísifo enseña es una fidelidad superior que niega los dioses y levantas las rocas. Piensa también que todo está bien. Este universo, ya sin dueño, no le parece ni estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada esquirla mineral de esta montaña repleta de noche, forma por sí solo un mundo. La lucha hacia las cumbres basta en sí misma a llenar un corazón de hombre. Hay que imaginar a Sísifo feliz (pp. 167-168)

Epílogo

Albert Camus a principios de los años 50. Foto Bernard

Albert Camus a principios de los años 50. Foto Bernard

Pongo en plural las palabras de Camus y son el resumen de la historia de los seres humanos en su lucha contra el peso de la oscuridad y la irracionalidad, contra el desajuste entre el deseo de claridad que nos azuza (“cuya llamada resuena en lo más profundo del hombre”) y la realidad del mundo:

… sísifos somos todos los héroes absurdos. Lo somos tanto por nuestras pasiones como por nuestro tormento. Nuestro desprecio de los dioses, nuestro odio de la muerte y nuestra pasión por la vida nos han valido este suplicio indecible donde todo nuestro ser se esfuerza para nada concluir

No renunciemos, que el nihilismo y la mistificación de la revuelta no nos cieguen.

Cuando en el vértigo y el furor, la rebelión se convierte en todo o nada, en la negación de todo ser y toda naturaleza humana, en ese momento reniega de sí misma. La negación total sólo sirve para justificar el proyecto de una totalidad por conquistar. Pero la afirmación de un límite, de una dignidad y de una belleza pertenece a todos los hombres, conduce a la necesidad de extender ese valor a todos  y a todo, y de marchar hacia la unidad sin renegar de los orígenes

Albert Camus, L’homme révolté (1951), Gallimard, 1957 (edición 144ª), p. 308, la traducción es mía)


Algo más sobre fotos y dibujos del Perú hallados en Gotemburgo

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Sacsahuaman. Foto Manuel Scollo 1950

Sacsahuaman. Foto Manuel Scollo 1950

Para Eva

En una reciente entrada de este blog me ocupaba del libro Machu Picchu de Hermann Buse, de los dibujos de Luis Ccosi y de las instantáneas de Manuel Scollo que lo ilustraban. Asímismo me refería a mi infructuosa búsqueda de datos de este fotógrafo, nacido en Rosolini, provincia de Siracusa (Sicilia) en 1902, que, después de graduarse en Farmacia, emigró en 1925 al Perú. Veinte años  de su vida transcurrieron en Arequipa donde ejerció como pionero de la fotografía documental dejando miles de fotografías sobre la Ciudad Blanca.

A pesar de todo, la única referencia que encontré del artista, además del citado libro, fue una exposición de “Arquitectura Peruana antigua y moderna” que tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950, en el que se encomia su film sobre los paisajes de Puno y de donde procede esta escueta información biográfica.

El catálogo incluye textos (en sueco) de dos ilustres peruanos, el historiador y antropólogo Luis Eduardo Valcárcel (1891-1987) sobre Machu Picchu y el arquitecto y escritor Hector Velarde (1898-1989) sobre la arquitectura de Arequipa

Arequipa. Portal de la iglesia de los Jesuitas. Foto Manuel Scollo 1950

Arequipa. Portal de la iglesia de los Jesuitas. Foto Manuel Scollo 1950

Pues bien, gracias a Eva Ranglin, bibliotecaria y archivera del Museo,  pude examinar el catálogo que incluye algunas de las fotografías de Scollo, más tres reproducciones de tejidos mochicas, que proceden del libro Moche (Lima, Editorial Lumen 1937) de Arturo Jiménez Borja (1908-2000) con un prólogo de Hidelbrando Castro Pozo (1890-1945), sociólogo y político indigenista.  También se enumeran las sesentaicuatro fotos de arquitectura peruana de Manuel Scollo y los demás objetos de la exposición: veintisiete piezas textiles preincaicas, diecinueve vasijas preincaicas e incaicas.

Catálogo de la exposición Del antiguo Perú en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950. Foto R.Puig

Catálogo de la exposición “Del antiguo Perú” en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950. Foto R.Puig

El volumen procede de la biblioteca de la antigua Ibero-Amerikanska Institutionen de la Universidad de Gotemburgo, donde fue catalogado el 16 de marzo de 1944. Esta obra es parte de los ricos fondos de aquel Instituto Iberoamericano, que ya no existe en cuanto tal, cuya memoria de actividades incluí en esa crónica.

Hatunrumiyoc.Cusco. Foto Manuel Scollo 1950

Hatunrumiyoc.Cusco. Foto Manuel Scollo 1950

Hoy entrevero algunas de las fotografías de Manuel Scollo que se expusieron en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950 y los dibujos de Arturo Jiménez Borja, quien traspasó al papel cientos de pictografías de la cerámica y los tejidos de la cultura Mochica

Dibujos y cerámicas

Me ha parecido útil combinar con los dibujos algunas fotos de las cerámicas mochicas de diversas colecciones, en las que aparecen esos motivos y pictogramas

El cautivo de guerra. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Jimenez Borja

El cautivo de guerra. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Aruro Jiménez Borja

Prisionero. Cultura Mochica. Berlin. Museum für Völkerkunde.

Prisionero. Cultura Mochica. Berlin. Museum für Völkerkunde.

Por desgracia, las fotos de arte textil mochica que aparecían en el libro fueron arrancadas del mismo, puede que para reproducirlas en el catálogo. Si así fue, quien lo hiciera olvidó restituir las páginas a su sitio, dejando así ese volumen, ironías del destino, desmochado.  El ejemplar que he encontrado no conserva la portada, quizás por el mismo motivo. Sólo se reproducen algunas en blanco y negro en el catálogo de Gotemburgo

Tejido Mochica. Detalle. Catálogo Exposicion de Gotemburgo en 1950

Tejido Mochica. Detalle. Catálogo Exposicion de Gotemburgo en 1950

No así los estupendos dibujos del autor, que siguen en el volumen, y sus sabrosas descripciones y comentarios sobre el significado de las pictografías y sobre la pervivencia en el distrito de Moche (provincia de Trujillo), en aquellas primeras décadas del siglo XX, de las mismas tradiciones artesanales y los mismos oficios milenarios de los mochicas.

Imagen de caminante. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jimenez Borja

Imagen de caminante. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jimenez Borja

Algo sobre Arturo Jiménez Borja

No tengo que abundar mucho sobre la persona y la obra de este descendiente del último curaca de Tacna de la que se encuentra información en la wikipedia. Nació durante la ocupación chilena de esa ciudad del extremo sur peruano, por lo que su familia se exilió en Bolivia y él hizo sus primeros estudios en el colegio de San Calixto de La Paz.

Se doctoró en Medicina y, aunque ejerció su profesión durante toda su vida en el Hospital Obrero de Lima, fue un humanista polifacético. Sus trabajos de exploración, preservación y divulgación arqueológicas sobre las culturas preincaicas de la costa del Perú sirvieron para salvar y divulgar la arquitectura de varios importantes sitios, creando museos y sirviendo con entusiasmo a la construcción de la memoria ancestral del Perú.

En la barca de totora de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Giuseppe Bazzocchi

En la barca de totora de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Giuseppe Bazzocchi

No fue siempre ortodoxo en sus tareas de restauración. No era un arqueólogo profesional y, con criterios actuales, se le critica que fuera demasiado espectacular en algunas de sus presentaciones públicas, sobre todo en el desenfardelamiento de momias procedentes de diversas sitios arqueológicos peruanos.

Pero, la otra cara de la moneda, es que, gracias a él, las antiguas culturas del Perú adquirieron una visibilidad internacional ante las instituciones extranjeras y los organismos culturales internacionales (como es el caso de la UNESCO). No fue siempre bien tratado ni se le agradecieron sus servicios cuando la dictadura militar en  le separó en los años 70 de sus funciones en el museo de Puruchuco que él había creado. Retomó sus actividades con el retorno de la democracia.  Fue asesinado en Lima en el año 2000 cuando había cumplido noventa años.  Según las informaciones de entonces se consideró un crimen de carácter homófobo que tuvo que ver con su orientación sexual.

Escena de guerra. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo de Arturo  Jimenez Borja

Escena de guerra. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo de Arturo Jimenez Borja

Lo que verdaderamente me satisface mostrar en este blog son sus dibujos y descripciones, en los que reproduce, a partir sobre todo de las cerámicas, la memoria simbólica y cotidiana de una cultura desaparecida, y sus textos que la reviven.

 

Las pictografías mochicas

Imagen del Rio. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen del Rio. Cultura Mochica.Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

En la margen sur del río, se anida la villa de Moche. Está rodeada de una alegre campiña, lindamente parcelada por tapiales que recortan en cuadros el verde intenso del valle. El río nace en la cordillera, y desde allí baja cantando hasta morir en el mar. A su paso se abren los cerros y las quebradas se derraman en dones; al llegar al llano, el valle se hace amplio, el río se remansa y de él parten muchas acequias y riachuelos  que extienden hasta muy lejos, ganando tierra al despoblado, la gracia campesina del valle

Imagen de aves marinas. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de aves marinas. Cultura Mochica.Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Próximo al mar el valle se detiene, la arena de la playa incursiona tierra adentro y la hace impropia para el cultivo. La grama salada se encarama sobre las dunas de arena, que ondulando se aproximan al mar. Sobre la playa amplia y dorada chillan las pardelas

Vaso con totoral, peces y aguila marina. Cultura Mochica. Fondo Buckingham. Chicago Art Institute

Vaso con totoral, peces, águila marina y tres figuras de sapo. Cultura Mochica. Fondo Buckingham. Chicago Art Institute

Imagen de totorales. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de totorales. Cultura Mochica.Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

El totoral, alarde último de la vega, se halla situado en la linde del valles; más allá comienzan a ondular los arenales. El agua que filtra del río discurre secreta bajo la campiña y aflora en las tierras bajas junto al mar, formando charcas y quietas lagunas. Las plantas acuáticas cubren en gran parte la superficie del charco. La “Pistia stratioes” abre sus rosetas verdes y extiende un suave velamen sobre las riberas cenagosas. En las márgenes de la laguna el viento mece las totoras. Los tallos verdes emergen del agua y sacuden en el ápice sus flores menuditas. Hay varias clases de totoras. La enea o “Typha domingensis” es esbelta, sus hojas son lanceoladas y en la punta del tallo florece una espiga morena. La corta-corta o “Gladium mariscus” tiene hojas ásperas y filudas y las flores se mecen en menudas borlas desde la mitad del tallo. La totora o “Scirpus riparus” es la más bella de todas, flexible y armoniosa; la base del tallo es ancha, después se adelgaza y en la punta baila un fleco de flores

Fauna de los totorales. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Fauna de los totorales. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Los mocheros son fuertes indios costeños que pueblan este paisaje y se derraman a lo largo del valle. Unos viven en la campiña: se llaman los campiñeros. Otros junto al mar: son los pescadores. Al centro los reúne la villa de Moche.

En los hogares queda aún mucho de la primitiva estirpe india. Oyense apellidos como Ucañan, Huamanchumo, Pimincuma, Sachum y Chinchayan.

 

Vaso en forma de navegante sobre caballito de totora. Cultura Mochica. Lima Museo del Banco Central de Reserva

Vaso en forma de navegante sobre caballito de totora. Cultura Mochica. Lima.  Museo del Banco Central de la Reserva

Imagen de barca de totora. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de barca de totora. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Los pescadores sacan el cal-cal, red redonda a modo de saco, repleta de pescado y con ella se dirigen hacia tierra. Los niños sostienen el caballito por la proa, y el agua los salpica y mueve la ligera nave como si fuera un bruto que luchase por desasirse.

Como hace cientos de años los indios de Huanchaco reviven diariamente la leyenda. Al atardecer después de terminada la pesca, enrumban las airosas proas hacia tierra y van llegando en filas hasta varar suavemente.

En la barca de juncos de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Arturo Jiménez Borja.

En la barca de juncos de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Arturo Jiménez Borja.

Al llegar a la playa los niños corren a dar encuentro a los caballitos y a recibir la canaleta o remo, la chuna, que es el calabacito que sirve de flotador, los cordeles de pesca, y la trinca o piedra de fondeo

Imagen de redes de pesca. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de redes de pesca. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Bajo los cielos costeños vuelan en largas filas multitud de aves marinas. Mas nada gana en belleza el vuelo ágil y seguro de las águilas del litoral. Quizá por eso, ellas fueron comentadas por los ceramistas en tan repetido elogio sobre la arcilla.

Imagen ave marina. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen ave marina. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

A las imágenes del río se añaden las de la fauna piscícola

Imagen de pez en la red. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de pez en la red. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Vaso retrato con tocado de motivo piscicola. Cultura Mochica. Museo Real de Arte e Historia de Bruselas

Vaso retrato con tocado de motivo piscicola. Cultura Mochica. Museo Real de Arte e Historia de Bruselas

Imagen de camarones. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de camarones. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Por desgracia, no todo eran tradiciones idílicas y reflejo de la naturaleza. Ya lo hemos atisbado en las imágenes de prisioneros, de las cuales la cultura mochica, como muchas otras civilizaciones, ha dejado abundantes testimonios que traslucen la violencia del poder y las guerras tribales.

Escena de guerra con hondero. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Escena de guerra con hondero. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

En la cerámica se modeló y se pintó con abundancia de detalles a los guerreros, con sus peculiares escudos y sus armas

Guerrero. Cultura Mochica. Museo Etnológico de Leiden

Guerrero. Cultura Mochica. Museo Etnológico de Leiden

Colofón

Visto lo visto, no sé qué pensarán nuestros modernos diseñadores gráficos y quienes se exprimen el cerebro para idear logos e iconos corporativos preñados de sentido y densos de mensaje, que puedan además ser reproducidos con nitidez e impacto visual sobre cualquier tipo de soportes.

Mi modesta opinión es que esas habilidades creativas ya las dominaban los artistas mochicas hace siglos.


Elogio de la nimiedad (III): de flores y de estética

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Elogio de la proporción. En la costa del Big Sur. California. Foto R.Puig

Elogio de la proporción. En la costa del Big Sur. California. Foto R.Puig

Hace ya casi un año comentaba yo en estas páginas que el término latino nimius (que significa excesivo) acabó significando lo contrario, es decir insignificante, sin importancia.

Así pues, como esta primavera me marea con sus amagos y ya no sé si hablar de la lluvia, el frío, el sol o los peces de colores, he decidido de nuevo ampararme en la relevancia de las cosas nimias para cumplir con mi precepto dominical.

Además, el pasado fin de semana, el mal tiempo nos impidió el picnic que teníamos planeado, con lo cual nos consolamos paseando entre plantas y árboles de otros climas bajo las bóvedas acristaladas de la Palmhuset  en el parque de la Trädgårdsföreningen (Sociedad del Jardín), uno de los más hermosos de Gotemburgo.

El fósil en el mármol. Palmhuset.  Gotemburgo. Foto R.Puig

El fósil en el mármol. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Alguien, con toda razón, podría a estas alturas haberse dado cuenta de que, en realidad, estoy atacado de pereza.  Para confirmarlo, no se me ha ocurrido otra cosa que remedar a Gustavo Adolfo Becquer, pues, al salir de esos magníficos invernaderos vi, erguida en su modesto tiesto a la salida de la Palmhuset, una flor, una sola y nimia flor.

Camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

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Virtualmente impune, al abrigo de los huevos que los lectores del blog no pueden lanzarme, he perpetrado  la siguiente estrofa:

De la pérgola en un ángulo modesto,

Del jardinero tal vez olvidada,

Solitaria y celando su fuego,

La camelia soñaba.

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Para hacerme perdonar

Como quiero compensar el dislate de mis versos mediocres, nada mejor que algo de filosofía…

Hay una definición de la belleza en el ensayo clásico de Edmund Burke (1729-1797) acerca de lo bello y lo sublime que parecen escritas ex profeso para mi recatada camelia solitaria.

Así que he pensado que nadie mejor que el pensador irlandés para acudir en mi auxilio.

Burke afirmaba –en contraposición a la búsqueda de las proporciones ideales de la estética griega y renacentista- que la belleza no es un asunto del entendimiento, sino del sentimiento, del cual solamente, según él, surgen nuestros juicios del gusto. No se trata pues de definir la belleza en función de la proporción o de la adecuación (o conveniencia) de lo que estimamos bello, pues eso presupone una operación intelectual, sino en función de la “sensibilidad natural” que nos habita y genera una reacción de amor ante el objeto de nuestro aprecio sensible.

En conjunto, las cualidades de la belleza, como son cualidades meramente sensibles, son las siguientes: primero, ser comparativamente pequeño. Segundo, ser liso. Tercero, presentar una variedad en la dirección de las partes; pero, cuatro, no tener esas partes angulares, sino entrelazadas, por así decir unas contra otras. Quinto, tener un perfil delicado, sin ninguna apariencia destacable de fuerza. Sexto, ser de colores claros y brillantes, pero no muy fuertes y resplandecientes. Séptimo, o de ser su color resplandeciente, que se halle diversificado con otros.  Estas son, creo, las propiedades de las que depende la belleza; propiedades que actúan por naturaleza, y que se hallan menos expuestas a ser alteradas por capricho, o confundidas por una diversidad de gustos, que ninguna otra

(III, XVIIII, pp. 152-153)

La camelia solitaria.   Foto R.Puig

La camelia solitaria de la pérgola de entrada a la Palmhuset de Gotemburgo.  Foto R.Puig

Otra camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Otra camelia en la sala de las camelias. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

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La gracia de las formas

En el Jardín Botánico, también en Gotemburgo, me tropecé de nuevo con Burke, pero esta vez con su idea de gracia, que él explica con dos ejemplos de la escultura griega (la Venus Medici) y romana (las efigies de Antinoo), y en nuestro parque se personifica en cierta manera también en una estatua

Saliendo del invierno. Jardín botánico. Gotemburgo.Foto R.Puig

Saliendo del invierno. Jardín botánico. Gotemburgo.Foto R.Puig

…tener gracia significa que exteriormente no hay rasgos de dificultad; se requiere una inflexión pequeña del cuerpo; y tal compostura de las partes como para no estorbarse unas a otras, ni para parecer divididas por ángulos cortantes y súbitos. Toda la magia de la gracia, y lo que llamamos su yo no sé qué, consiste en esta tranquilidad, redondez y delicadeza de actitud y movimiento…

(III, XXII, p.155)

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De la belleza animal

Un dandy aguarda el desayuno. Foto R.Puig

Un dandy aguarda el desayuno. Nordens Ark. Foto R.Puig

Siguiendo con el ensayo de Burke, rescato algunas fotos de mi visita, en un frío final de invierno de hace algunos años, al parque Nordens Ark donde se protegen especies en peligro de extinción, como el tigre de Amur.

Dejo de nuevo la glosa al filósofo:

Que la proporción tiene escasa participación en la formación de la belleza, es totalmente evidente entre animales…

…entre sus cabezas y sus cuellos, entre aquellas y el cuerpo… (las proporciones) difieren en cada especie, aunque hay algunos ejemplares que destacan dentro de muchas especies, y poseen una belleza sorprendente. Ahora bien, si admitimos que formas y disposiciones diferentes e incluso opuestas son compatibles con la belleza, creo que estamos obligados a aceptar que determinadas medidas no la producen necesariamente, pese a operar según un principio natural; al menos hasta donde concierne a la especie animal

(III, III, pp. 126 y 127)

Fuente: Edmund Burke, De lo sublime y de lo bello. Alianza Editorial 2005, Estudio previo y traducción de Menene Gras Balaguer

La obra fue publicado en 1757, con el título original de A Philosophical Enquiry into the Origin of our Ideas of the Sublime and Beautiful, aunque su autor la había escrito, diez años antes, a los dieciocho años, poco antes de graduarse en el Trinity College de Dublin donde todavía estudiante había creado en 1747 la sociedad de debates Edmund Burke’s Club, considerada la más antigua sociedad estudiantil del mundo. En 1770 devino la College Historical Societydonde aún se conservan las actas de las reuniones del club fundado por el joven Edmund Burke

Copo de nieve.  Foto R.Puig

Copo de nieve. Nordens Ark. Foto R.Puig

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Epílogo

Podríamos seguir comentando las ideas de nuestro teórico de la belleza y de lo sublime. Pero será mejor que dejemos la idea de lo sublime para otro día.

Aunque no sin antes, aprovechando que llega el tiempo de hacerse a la mar, dejar el tema, colgado para otra ocasión,

con una pregunta

Es o no sublime Foto R.Puig

¿Es o no sublime? Foto R.Puig



La impronta de Matisse en los pintores suecos del primer tercio del siglo XX. Con ocasión de la exposición “Avtryck Matisse” en la galería Fahlnaes de Gotemburgo

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La impronta de Matisse en la galería Fahlnaes de Gotemburgo. Marzo 2015. Foto R.Puig

La impronta de Matisse en la galería Fahlnaes de Gotemburgo. Marzo 2015. Foto R.Puig

La galería Fahlnaes de Gotemburgo ha expuesto en el mes de marzo una selección de obras de artistas de Suecia que frecuentaron la academia de Henri Matisse (1869-1954) a principios del siglo XX.

La academia de Matisse acogió de 1907 a 1911 a pintores escandinavos y norteamericanos residentes en París. Ello le permitió aliviar sus problemas económicos y ejercitar sus notables cualidades pedagógicas. Sus métodos de enseñanza estaban basados en una revisión crítica y era muy exigente en materia de dibujo, dejando gran libertad de estilo y de uso del color a sus alumnos.

Matisse y sus alumnos en 1909. Fotográfo anónimo. Galería Nacional de Oslo. Foto artnet

Matisse y sus alumnos en 1909. Fotográfo anónimo. Galería Nacional de Oslo. Foto artnet

Ello explica que los que trabajaron bajo su supervisión en aquellos años se decantasen en direcciones diversas, inspirándose no sólo en la etapa fauve del maestro y recibiendo en mayor o menor grado su impronta, sino también la de otros momentos de su obra y la de otros pintores franceses postimpresionistas, divisionistas, cubistas o expresionistas, como Cezanne, Gauguin, Bonnard, Renoir, Derain, Braque, Dufy, Picasso, LegerDe Vlaminck, etc. Una parte de las obras en Gotemburgo han sido expuestas en el otoño-invierno 2014-15 en Estocolmo, en Waldemarsudde.  En abril de este año la exposición continúa en la galería Moser de Estocolmo.

La mayoría de ellos ya habían expuesto su obra en Estocolmo antes de viajar a París, como participantes activos del movimiento “De Unga” (los jóvenes).  A su vuelta, sobre todo desde sus exposiciones en 1910 y 1911, que incrementaron el impacto del grupo en los críticos de arte, aquellos jóvenes contribuirían con gran fuerza a la renovación de la pintura sueca, cada uno en su estilo, pero con el denominador común de la osadía del color y la innovación en el dibujo.

Los alumnos de Matisse, pueden ser denominados así, porque todos ellos, aunque ya formados en academias nórdicas o parisinas,  se inscribieron en la suya, salvo Sandels, que en París también se había apasionado por artistas anteriores y no se apuntó, y Ekegård, que trabajaba directamente con el maestro en su taller. De los expuestos en la Galería Fahlnaes reproduzco a: Carl Palme (1879-1960), Hans Ekegård (1881-1962), Birger Simonsson (1883-1938),  Sigrid Hjertén (1885-1948), Leander Engström (1886-1927), Arthur Percy (1886-1976), Gösta Sandels (1887-1919), Tor Bjürström (1888-1966), Einar Nerman (1888-1983), Isaac Grünewald  (1889-1946) y Einar Jolin (1890-1976).

He seleccionado algunas de las obras que a mí me han parecido mejores o más significativas, lo cual no quiere decir que lo sean necesariamente, y también añado algunos cuadros que no pertenecen a la exposición, para ilustrar un poco más la diversidad de estilos por los que pasarían muchos de estos artistas. He preferido agrupar los cuadros por temática.

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Paisaje

A la orilla del Sena. Hans Ekegård. Óleo sobre panel

A la orilla del Sena. Hans Ekegård. Óleo sobre panel. Exposición Fahlnaes

El puerto de Gotemburgo. Tor Bjürström. Óleo sobre lienzo

El puerto de Gotemburgo. Tor Bjürström. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Tor Bjürström fue clave en la transmisión de la influencia de las vanguardias en Suecia como profesor de la Academia de Arte Valand en Gotemburgo entre 1920 y 1929. Con él se formaron aquellos expresionistas suecos que la crítica ha encuadrado dentro de la corriente de los Göteborgskoloristerna o “coloristas de Gotemburgo”.

Leander Engström. Paisaje italiano. El Arno cerca de Compiobbi c.1922. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Leander Engström. Paisaje italiano. El Arno cerca de Compiobbi c.1922. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Será una asociación excesiva, pero, salvadas las distancias, encuentro que en este cuadro de Engström, pintado en Italia en la época del noveccentismo de los pintores italianos de los años veinte, encierra un guiño al cuadro de La caída de Ícaro de Pieter Bruegel del Museo de Bellas Artes de Bruselas.

Pieter Bruegel. La caída de Ícaro. Bruselas.

Pieter Bruegel. La caída de Ícaro. Bruselas.

La grúa. Isaac Grünewald.1915

La grúa. Isaac Grünewald.1915

La pérgola azul. Isaac Grünewald. 1933. Gouache y acuarela sobre papel

La pérgola azul, Cádiz.  Isaac Grünewald. 1933. Gouache y acuarela sobre papel. Exposición Fahlnaes

Bohuslän. Gösta Sandels. 1917. Óleo sobre lienzo

Bohuslän. Gösta Sandels. 1917. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

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Desnudo

Dos mujeres. Gösta Sandels. 1917. Óleo sobre lienzo

Dos mujeres. Gösta Sandels. 1917. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

La trayectoria de Gösta Sandels, como se describe en el catálogo de la exposición, es especialmente dramática. En París, se interesó en particular por la obra de Delacroix, Van Gogh y también comenzó a estudiar la obra de El Greco, que había descubierto en un viaje a España en 1908. Con el grupo de artistas que se autodenominaba “ligan” (algo así como los coaligados) frecuentaban el museo del Louvre, las galería y las salas de conciertos parisinas y, desde luego, el lugar de reuniones de los escandinavos, el Café de Versailles. La influencia de la obra de Edward Munch en Sandels es también notable.

Al estallar la guerra en 1914 volvió a la región de Gotemburgo, su ciudad natal,  e instaló su taller cerca de la capital de la costa oeste de Suecia, en Kungälv. Pasó los meses anteriores al final de la guerra en Estocolmo con su mujer, Elaine Hallberg, que fue su modelo ideal y con la que se había casado en 1917. Acabada la guerra, su pasión por la pintura de El Greco debió de motivarle también para desplazarse a a España, un país que admiraba. Gösta y Elaine realizaban así el viaje de bodas aplazado por la guerra, pasando por Francia y comenzando su estancia española en Mallorca.

Tristemente, fue en España donde Gösta Sandels murió. La elevadas fiebre tifoideas que contrajo le trastornaron, hasta el punto de arrojarse por la ventana del hotel. Murió pocos días después a causa de las graves lesiones que sufrió en la columna vertebral. Tenía sólo treinta y dos años y la muerte fue en Granada el 14 de un caluroso agosto de 1919. Estuvo enterrado en un cementerio dentro del recinto de la Alhambra, que ya no existe, hasta que ochenta años después sus cenizas se trasladaron al cementerio de Kungälv.

Henrik Sörensen le dedicó un poema que termina así:

Och Alhambras aftonpalmer susa än ett minne mer,

Riddar Drömmare av Sol och snö,

blå kungarikens herre.

En la Alhambra las palmeras de la noche aún musitan el recuerdo

del Caballero Soñador de sol y nieve,

el señor del reino azul.

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La baigneuse. Hans Ekegård. Óleo sobre panel

La baigneuse. Hans Ekegård. Óleo sobre panel. Exposición Fahlnaes

La bata rosa. Arthur Percy.1915. Óleo sobre lienzo

La bata rosa. Arthur Percy.1915. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Dos bañistas. Tor Bjürström. Óleo sobre lienzo

Dos bañistas. Tor Bjürström. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Bañistas con una tortuga. Henri Matisse. 1908. Art Museum of Saint Louis

Bañistas con una tortuga. Henri Matisse. 1908. Art Museum of Saint (obra procdente del expolio nazi de “arte degenerado”)

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Retrato

 

La dama azul. Isaac Grünewald. 1917. Óleo sobre lienzo

La dama azul. Isaac Grünewald. 1917. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

La primera bailarina Jenny Hasselqvist. Einar Jolin. 1916. Óleo sobre lienzo. Galería Fahlnaes. Foto R.Puig

La primera bailarina Jenny Hasselqvist. Einar Jolin. 1916. Óleo sobre lienzo. Galería Fahlnaes. Foto R.Puig

Einar Jolin e Isaac Grünewald en Paris. Einar Nerman. Óleo sobre panel

Einar Jolin e Isaac Grünewald en Paris. Einar Nerman. Óleo sobre panel. Exposición Fahlnaes

Retrato de Knut Jansson. Birger Simonsson. 1909. Óleo sobre lienzo

Retrato de Knut Jansson. Birger Simonsson. 1909. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

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Interior y flores

 

En el atelier. Isaac Grünewald. 1916. Óleo sobre lienzo

En el atelier    (Sigrid, su mujer, sentada y trabajando en sus porcelanas,  e Ivan, el hijo de ambos jugando). Isaac Grünewald. 1916. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

L'atelier rouge. Henri Matisse. 1911. MoMa. NY

L’atelier rouge. Henri Matisse. 1911. MoMa. NY

Tulipanes en la cesta de flores. Sigrid Hjertén. 1917. Óleo sobre lienzo

Tulipanes en la cesta de flores. Sigrid Hjertén. 1917. Óleo sobre lienzo. Exposición Fahlnaes

Una pareja de artistas en el taller de Matisse

Los cuadros precedentes de Sigrid Hjertén e Isaac Grünewald son de la etapa en que más influencia reflejaba él del expresionismo fauve de su maestro, y ella se había orientado hacia el estilo del expresionismo alemán.

Autorretrato. Isaac Grünewald. 1912. Fuente Art Now and Then

Autorretrato. Isaac Grünewald. 1912. Fuente Art Now and Then (blog de Jim Lane)

Ya eran pareja cuando cuando ambos frecuentaban la Academia de Henri Matisse.

El sombrero violeta. Sigrid Hjertén. Probable autorretrato. 1923. Fuente Art Now and Then

El sombrero violeta. Sigrid Hjertén. Probable autorretrato. 1923. Fuente Art Now and Then (blog de Jim Lane)

Con el paso de los años el matrimonio experimentó situaciones y distanciamientos que fueron afectando a Sigrid, junto con las críticas acerbas que se hicieron de sus arte, mientras Isaac, cada vez más ausente, triunfaba. Cuando la artista, por fin, logró un reconocimiento público, el marido pidió el divorcio en 1937 para casarse inmediatamente después. Ella fue internada en un hospital psiquiátrico con diagnóstico de esquizofrenia. Moriría en 1948 como consecuencia de una operación de lobotomía.

Isaac Grünewald y su nueva esposa habían muerto dos años antes en un accidente de aviación.

Nada es igual, pero no puedo evitar la asociación del destino triste de Sigrid Hjertén con la historia trágica de Camille Claudel muerta, internada también, en 1943.

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Agradecimientos:  Este artículo es posible gracias a la amabilidad de Jesper Fahlnaes y Angelica Törnqvist que me han permitido tomar fotografías en su galería y reproducir las del catálogo de la exposición, lleno de valiosa información y elaborado con Claes Moser. Referencia: Galería Fahlnaes y Galería Moser. “Avtryck Matisse”, Göteborg, marzo 2015.


Sin pena y con glorias

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Por los jardines de La Almadraba. Foto R.Puig

Por los jardines de La Almadraba. Foto R.Puig

 

Han tocado mis ojos el esplendor del mundo (Francisco Brines)

La semana se ha ido en un suspiro y, entre unas cosas y otras, sin escribir nada de serio, he llegado sin pena a hoy domingo, aunque transitoriamente cojitranco.  En definitiva, que he estado poco andarín.  No por ello he dejado de recoger algunas modestas glorias que al observador atento se regalan.  Son esas nimiedades las que de nuevo me permiten el cumplimiento del precepto dominical que me he marcado; como esas flores de la imagen que inicia esta crónica, que se alzan curiosas sobre sus tallos a modo de avestruces vegetales, observándome tras las vallas de un jardín de la Partida de La Almadraba.

Y la floración de los naranjos es una gloria para los ojos y los aires.

Naranjo en flor. Foto R.Puig

Naranjo en flor. Foto R.Puig

El perfume de la flor azahar se cuela por las ventanillas abiertas del coche e invita a detenerse a la vera de los bancales.

Azahar. La flor del naranjo.   Foto R.Puig

Azahar. La flor del naranjo. Foto R.Puig

Pero los limoneros me tienen despistado. Cuando ya los botones rojizos de sus flores se preparan a abrirse para competir con las del naranjo, de las ramas de un solo árbol cuelgan sus frutos maduros junto a otros verdes.

Las tres fases del limón. Foto R.Puig

Las tres fases del limón. Foto R.Puig

Cerca del mar, sobre la arena, se extiende espontáneo el Carpobrotus edulis con sus  flores moradas que, cuando abren, muestran unos pistilos de un pálido amarillo anaranjado. Es una planta humilde, que se arrastra a baja altura y persiste en sus colores de Viernes Santo, cuando hace ya días que las campanas tocaron a Gloria.

Por las orillas de La Almadraba. Foto R.Puig

Por las orillas de La Almadraba. Foto R.Puig

Junto al paseo que separa la partida de Las Rotes en Denia de las orillas rocosas del Parque Natural del Cabo San Antonio, unas discretas flores silvestres resisten frente al mar.

Por las orillas de las Rotes. Denia. Foto R.Puig

Por las orillas de las Rotes. Denia. Foto R.Puig

El panel explicativo me habla de la fauna marina, pero no de la escasa flora de roca que adorna sin pretensiones el paseo. Como no soy submarinista no podré bajar a observar los peces en directo,  así que me contento con sus imágenes.

Entre las fotos del panel me llama la atención la del mero (Cephalopholis argus)

Mero de las aguas de la Reserva del Cabo de San Antonio.

Mero de las aguas de la Reserva del Cabo de San Antonio.

y la del dentón o dentol (Dentex dentex),

Dentón de las aguas de la Reserva del Cabo de San Antonio.

Dentón de las aguas de la Reserva del Cabo de San Antonio.

ya que de ordinario sólo los veo en las pescaderías sobre un lecho de hielo.

Termino este breve recorrido con otra de las imágenes que he capturado esta semana, transcurrida sin pena… pero con glorias. Es una más de mi montaña mítica,  alzándose sobre la playa de Jávea.

El Montgó presidiendo la playa del Arenal. Jávea. Foto R.Puig

El Montgó presidiendo la playa del Arenal. Jávea. Foto R.Puig

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Nota bene:  El verso de Francisco Brines que preside esta crónica procede de La última costa (1995), en concreto de su poesía “Los espacios de la infancia”.


De cal y de arena

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Alba de abril en la Almadraba. Foto R.Puig

Alba de abril en la Almadraba. Foto R.Puig

Construir con nada más que arena no se puede. Desde antiguo se ha dicho aquello de harena sine calce, para referirse a algo que no se tiene en pie, que no funciona. De hecho se trata de un adagio latino que está recogido en la colección comentada por Erasmo ( II, III, 57). Se solía decir que un discurso sin nervio ni orden estaba hecho de arena sin cal.

De modo parecido se suele usar en castellano el proverbio “una de cal y otra de arena”, queriendo significar, entre otros posibles sentidos, que para conseguir un equilibrio, para evitar conflictos, para dar satisfacción, mejor será dar una de cal por otra de arena. ¿Cuál es la buena y cual la mala? ¿La cal o la arena? No es esta la cuestión, en realidad la vida esta hecha de lo que cohesiona y de lo que se disgrega, de cal y de arena.

Pero no iba yo en esta dirección al hablar de arena y de cal, más bien pretendía introducir alguna imagen de estos últimos días en Els Poblets, unas alegres, otras ambiguas y otras, otras que dan pena.

Para ir por orden he comenzado por el amanecer desde mi terraza de estos días, en la playa de La Almadraba, jubilosa por fin tras varios días de nublados.

Caminando al pueblo me salen al paso otros motivos que animan el día.

Muro florido de Els Poblets. Foto R.Puig

Muro florido de Els Poblets. Foto R.Puig

Mediado abril los muros floridos de las casas son la norma. Hay para elegir.  Y tampoco es difícil seleccionar algún enanito de jardín. Los hay para todos los gustos.

De la banda de Blancanieves. Foto R.Puig

De la banda de Blancanieves. Foto R.Puig

No sigo, porque tendría que sacar a los siete, cada uno sobre un pilar del muro que rodea la parcela de un chalet extremadamente cuidado en todos sus detalles y caprichos.

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Pero, ay, ay, ay, de la nota saltarina pasamos a una visión deprimente, la del riurau de Els Poblets que ya lleva años abandonado y sin esperanzas de que se restaure y se le dé un buen uso.

El riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

El riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

Por la Marina Alta hay otros riurau más afortunados y asociaciones que trabajan para catalogarlos y mantenerlos, pues son testimonios de una época próspera, la del comercio de la pasa. El cultivo de ciertas variedades de uva más pequeña y la desecación de la misma para obtener la pasa, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, fue el principal motor económico de la Marina Alta. Se exportaba desde el puerto de Jávea, donde había una cámara de comercio inglesa que negociaba la compra de grandes cantidades. La burguesía regional aumentó y promovió la construcción de muchas de las casas que valorizan hoy el casco antiguo de muchos pueblos de la comarca.

El riurau era el edificio tradicional, diseñado para tratar y secar la uva y obtener la uva pasa, y es una construcción que diversas localidades de la Marina Alta han restaurado y miman con esmero para que no se pierdan. La galería y sus arcos están orientados para aprovechar al máximo las horas de sol y proceder al secado de la uva a cubierto.

La galería del riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

La galería de secado de la pasa del riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

Exterior de la estructura de la chimenea de la caldera del riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

Exterior de la estructura de la chimenea de la caldera del riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

No es el caso, tristemente, del riurau de Els Poblets, hoy abandonando a la erosión de los meteoros y del tiempo, no se sabe si a la espera de que el estado de ruina justifique su demolición.

El pozo cegado del Riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

El pozo cegado del Riurau de Els Poblets. Foto R.Puig

¿Lo veremos algún día convertidos en cascotes, como estos que llenan un contenedor de una obra cercana?

Cascotes. Els Poblets. Foto R.Puig

Cascotes. Els Poblets. Foto R.Puig

Pero no es esta la única señal de desidia que nos golpea. Dentro del término municipal de Ondara, a la vera de un camino vecinal bordeado por los naranjos en flor que mostrábamos el domingo pasado, frente a ellos, cuelgan de una enredadera, que trepa sobre un vallado de alambre unas bayas que me recuerdan a las del cacao y que llaman mi atención.

Gracias a mi amigo Pere Cardona he sabido que se trata de una planta invasora y dañina para los cultivos de la comarca.

Araujia sericifera de una huerta de Ondara. Foto R.Puig

Araujia sericifera de una huerta de Ondara. Foto R.Puig

La Araujia sericifera, me entero, es oriunda de América del Sur (donde al parecer cumple funciones útiles como enemiga de plagas de ciertas mariposas), pero en la Marina Alta es una planta invasora que está prohibida y cuya reproducción se debe evitar.

Afortunadamente no la he manipulado, pues, como me explica Pere, tiene una savia pegajosa (sericifera significa serosa) que produce alergias graves y picores en la piel.

Araujia sericifera de una huerta de Ondara.  Foto R.Puig

Araujia sericifera de una huerta de Ondara. Foto R.Puig

En todo caso, su imagen tiene algo de fascinante, por no decir turbador.

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De vuelta al pueblo, la imagen del Segaria sobre los campos de naranjos, aporta serenidad y magnificencia.

Vista del Segaria desde els Poblets. Foto R.Puig

Vista del Segaria desde els Poblets. Foto R.Puig

He de volver a subir a sus riscos, como ya hice hace unos años. Pero por esta vez no va a poder ser.

Roquedales del Segaria y la flor de azahar. Foto R.Puig

Roquedales del Segaria y la flor de azahar. Foto R.Puig

El solo deseo de trepar y el paseo de la mañana me ha despertado el apetito, es mediodía y hora de comer. El sol de abril me sigue por las calles del pueblo

Mediodía de abril en Els Poblets. Foto R.Puig

Abril en Els Poblets. Foto R.Puig

hasta recalar en el pub inglés, lugar de reunión para quienes añoren la cocina británica, así que, en vez de caminar sanamente, acabo recalando frente a un plato de…

Fish and Chips made in Els Poblets. Foto R.Puig

Fish and Chips made in Els Poblets. Foto R.Puig

Para compensar, ¡nada de coche! ¡he venido caminando y me volveré caminando!

Una figura esbelta, me recuerda severamente que algo tendré que sacrificar para reducir los nacientes michelines y disciplinar mis hábitos alimentarios.

Forma grácil. Els Poblets. Foto R.Puig

Forma grácil. Els Poblets. Foto R.Puig

Y ya que me he excedido con las suculencias del pescado rebozado y las patatas fritas de la pérfida Albión, me propongo seguir lo que el National Health Service inglés, precupado por las inquietantes estadísticas de la obesidad anglosajona ha lanzado como su programa oficial para el adelgazamiento: el método 12 weeks. Todo hay que decirlo, el soplo me ha llegado de Leicester…

¡Pronto estaré tan estilizado como ese árbol que me ha mirado desde un jardín!

Me merezco un atardecer sin grasas en la playa.

Signos de la tarde en el mar de la Almadraba. Foto R.Puig

Signos de la tarde en el mar de la Almadraba. Foto R.Puig

Los ópalos del crepúsculo. Foto R.Puig

Los ópalos del crepúsculo. Foto R.Puig

La tarde se extingue tras la línea de los montes hacia el noroeste de la Almadraba.

Crepuscular. Foto R.Puig

Crepuscular. Foto R.Puig


Las criaturas de Tony Cragg en Gotemburgo

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Tony Cragg.  Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

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Para Raquel Puerta Varó y sus alumnos de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la UMH en Altea

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Descubrí la obra de Tony Cragg hace ya cuatro años durante mi primera visita a la isla de Tjörn, al norte de Gotemburgo, en la región del Bohuslän,  en los deslumbrantes espacios de Pilane. Dos de sus obras formaban parte de la exposición de escultura en el paisaje que cada verano organiza el Pilane Heritage Museum.

Desde entonces  he vuelto cada año y mi visita a Pilane se refleja siempre en estas páginas. Los lectores del blog quedan emplazados para la próxima cita con los escultores que este verano presentarán su obras, en medio de las praderas, enterramientos  prehistóricos y rocas modeladas en tiempos glaciares, rodeadas por rebaños de impasibles ovinos.

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Tony Cragg en el centro de Gotemburgo

Pero mi gran sorpresa de la semana ha sido descubrir tras el vallado del parque de Trädgårdsföreningen,  a cinco minutos de casa, las formas características del escultor, brillando al sol entre los árboles, cuando apenas están despuntando las yemas de sus brotes.

Tony Cragg.  Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Vista desde el otro lado de la valla del parque.  Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Vista desde el otro lado de la valla del parque.                              Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

El caso es que la exposición viajera Ways of Life  del artista británico afincado en Waldfrieden (Wuppertal)  que también tiene taller en la Costa Oeste de Suecia, en la isla de Tjörn, aterrizó el 14 de abril en Gotemburgo, procedente del  Madison Square Park  en New York.

Esas criaturas a medio camino entre la figuración y la abstracción, salidas de su constante búsqueda  de estructuras ocultas bajo la apariencia de las formas, brotan como troncos o rostros superpuestos,  sorprendidos en imposibles contorsiones. Inmovilizados en bronce siguen moviéndose ante nuestros ojos a medida que giramos en torno a ellos.

Dice Tony Cragg, que en su constante ejercicio del dibujo, con el que prepara la creación de todas sus esculturas, lo que ha hecho desde siempre es perseguir tenazmente las energías de lo visible y esforzarse por recrearlas con todo tipo de materiales.

Por lo que yo conozco de su obra, de su formidable taller en Wuppertal (donde cuenta con una docena de colaboradores) y de su sucursal en Tjörn siguen saliendo innumerables obras en bronce coloreado y otras producciones en metal, madera o materiales sintéticos, como resinas y yesos o sus combinaciones (por ejemplo la jesmonite).

Aunque ya no recurra a la piedra, como hizo en sus comienzos de la década de los setenta y los ochenta,

Tony Cragg.  Walks of Life en Götaplatsen.  Göteborg.  Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

algunas de su formas actuales parecen encontrar sus raíces formativas inconscientes no sólo en el movimiento de visajes imposibles, sino también en formas pétreas, fruto de la erosión de millones de años, o en formaciones de coral y excrecencias submarinas llevadas hasta la desmesura y plantadas como raros vegetales en medio del paisaje o los jardines.

Isla de Fårö en Gotland. Rauken.  Foto R.Puig

Isla de Fårö en Gotland. Rauken. Foto R.Puig

¿La naturaleza sigue imitando al arte?

Tony Cragg.  Walks of Life en Trädgårdsföreningen.  Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

A menudo, sus formas, en explosión silenciosa, se asemejan a cúmulosnimbos o a tornados tranquilos.

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

Cumulonimbo. Fuente Parapentepr.com

Cumulonimbo. Fuente Parapentepr.com

O a extraños animales salidos de mundos idos.

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg.  Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

En los umbrales de la primavera y a la espera del verano

Pienso que esta exposición al abierto, promovida por Lisa Brunnstrom (profesora de historia de la arquitectura y transformación urbana y directora de eventos en Trädgårdsföreningen), es una excelente apertura hacia el verano, cuando aún hay golpes de frío que nos sorprenden, y anticipa el optimismo estival escandinavo.

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen.  Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

No lejos de las obras de Tony Cragg otros artistas anónimos se aplican a reparar el mundo subterráneo de la ciudad…

A la puerta de casa.   Foto  R.Puig

A la puerta de casa. Foto R.Puig

Mientras despuntan las hojas de los árboles en los parques del centro

Ya despunta. Foto R.Puig

Ya despuntan. Foto R.Puig

y aún hay nubes cuya sola visión enfría el aire…

Golpes de frío. Foto R.Puig

Golpes de frío. Foto R.Puig

los ramajes vagamente antropomórficos del escultor se han plantado en el corazón de la ciudad.

Tony Cragg.  Walks of Life en Götaplatsen.  Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

proporcionando puntos de vista iméditos

Tony Cragg.  Walks of Life en Götaplatsen. Detalle. Göteborg.  Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Detalle. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

¿No recuerda este bronce, situado a las puertas del Museo de Arte de Gotemburgo a una metamorfosis de la Victoria de Samotracia?

Tony Cragg.  Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en Götaplatsen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

En definitiva, creo que  los amantes de la escultura al aire libre tienen buenos motivos para darse un garbeo por aquí entre los meses de abril y octubre.

Tony Cragg. Walks of Life en Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tony Cragg. Walks of Life en el parque de Trädgårdsföreningen. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

No sólo les saludarán las obras de Tony Cragg. Unos pasos más y el magnífico Konstmuseet de la ciudad les aguarda.

Tres obras de Tony Cragg en Götaplatsen en su exposición Ways of Life. Göteborg.  Abril a Octubre 2015.  Foto R.Puig

Tres obras de Tony Cragg en Götaplatsen en su exposición Ways of Life. Göteborg. Abril a Octubre 2015. Foto R.Puig

Por el momento, no está de más escuchar a Tony Cragg explicando su obra y darse una paseo virtual por su fundación.


Entre abril y mayo: festejos y cortejos

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Frescor de abril. Foto R.Puig

Frescor de abril. Foto R.Puig

Valborg

El jueves 30 de abril y el viernes 1º de mayo forman la bisagra que divide la primavera en dos partes, entre un invierno que, a pesar del frío reinante, se retira y un verano que se espera. Son dos días de flores balbucientes, una noche de fuegos que ahuyentan brujas y las libaciones iniciáticas que dejan a decenas de jóvenes tambaleándose, si no postrados, tras la fiesta de Valborg.

¿Quién le iba a decir a la santa abadesa del mismo nombre, en la Alemania  de principios del siglo VIII, que cada año cientos de estudiantes de la Chalmers Tekniska Högskola desfilarían en su memoria por las calles de Gotemburgo sobre los más estrafalarios carromatos y artilugios motorizados?

Valborg. Esperando al cortejo.  Foto R.Puig

Valborg. Esperando al cortejo. Foto R.Puig

El cortejo de los futuros técnicos y tecnólogos haciendo gansadas es un espectáculo que reúne a los gotemburgueses durante casi tres horas en las calles del centro y que anticipa los fuegos y las danzas de la noche de Walpurgis por los parques de la ciudad.

La celebración está documentada en Escandinavia al menos desde el siglo XVI, aunque su formato folklórico ha ido evolucionando según regiones. Además no ha sido lo mismo en el campo que en la ciudad.  En realidad enlaza con otras fiestas de culturas europeas ancestrales que el cristianismo medieval fue asimilando. Para el comercio y la administración acababa el año contable y empezaba otro y en los pueblos era la ocasión para la fiesta anual. Los niños se paseaban con cencerros para espantar a los malos espíritus y alimañas.

En la parte central de Suecia (Dalarna, Småland, Södermanland), coincidiendo tras los meses invernales con la suelta del ganado hacia los pastos, las hogueras se prendían en los límites de las aldeas para ahuyentar a los osos y a los lobos y proteger la cabaña. En el sur no era esa la razón. Los fuegos servían para espantar a brujas y trasgos, como también se hacía en otros países de Europa. Naturalmente, al fuego le sigue la danza, el banquete y la bebida. En las ciudades con escuelas y universidades, desde el siglo XVIII está documentada la tradición de los cortejos goliardescos que precedían al resto.

Valborg.  Carroza estudiantil. Foto R.Puig

Valborg. Carroza estudiantil. Foto R.Puig

En Gotemburgo es la Escuela de Ingeniería con su variopinta y larguísima cabalgata mecanizada la que garantiza la tradición.

Valborg.  Cortejo. Foto R.Puig

Valborg. Cortejo. Foto R.Puig

Me admira la cantidad de camiones de gran tonelaje que pueden reunir los estudiantes para la parada anual.

Valborg. Cortejo. Foto R.Puig

Valborg. Cortejo. Foto R.Puig

Y también los artilugios motorizados de menores dimensiones que se inventan para animar el desfile.

Valborg. Cortejo.  Foto R.Puig

Valborg. Cortejo. Foto R.Puig

Acabada la procesión, los estudiantes descansan del esfuerzo bebiendo y celebrando. En los parques en los que el ayuntamiento lo autoriza se encienden las hogueras y las brujas y los brujos danzan y gesticulan entre horrendos gritos rodeados del público que les jalea.

El buen samaritano

Quienes no descansan en la noche de Walpurgis  son las patrullas policiales que conocen bien hasta dónde puede llevar el exceso de alcohol, ingerido desde temprano por miles de jóvenes. El jueves 30 de abril, un agente recordaba  en el diario Metro sus impresiones de cuando llegó a Suecia hace catorce años desde Australia, al ir descubriendo los numerosos  festejos tradicionales que por motivos diversos (la llegada de la luz, la historia de la patata gigante, la fiesta de las cigalas o la de los bollos con nata, etc.) se celebran todos los años. Y, durante sus primero meses en Suecia, se preguntaba “¿pero es que hay algo que no se festeje en este país?”.

Scott Godwin. Foto Eva Lindblad. Metro 30 abrl 2015

Scott Godwin. Foto Eva Lindblad. Metro 30 abrl 2015

Lo que entonces no sabía el hoy agente Scott Goodwin, jefe de una brigada de policías dedicada a los jóvenes, es que uno de sus principales cometidos durante la noche de Valborg sería ir recogiendo borrachos y luego telefonear a los papas de chicos o chicas adolescentes para decirles que vengan a por su progenie que no puede tenerse en pie. En su anecdotario guarda algunas respuestas, como por ejemplo: “¿me podría decir usted cómo de borracho está mi hijo? ¡Para venir a buscarlo, tengo que conducir sesenta kilómetros!”. Sospecho que lo que preocupaba al progenitor, que respondía así al agente, era que la policía de tráfico pudiese hacerle la prueba de alcoholemia.

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La Fiesta del Trabajo

Quizás sea por eso que en los tradicionales desfiles de 1º de Mayo ya no se ve ninguna de las gorras blancas de los estudiantes. En los cortejos predominan otros colores y las pancartas ya no son chistosas sino reivindicativas. En todo caso el ambiente es festivo, aunque más en unas comitivas que en otras.

Trabaja menos juega más. Niños desfilando el   Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

“Trabaja menos juega más”. Reivindicación de los niños el Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

En la de Iniciativa Feminista (FI) el color es el rosa tirando al fucsia y se reclaman aspectos vinculados con la igualdad y con las condiciones de trabajo en los servicios sociales, como por ejemplo la reducción de la jornada laboral a seis horas para quienes trabajan en las residencias de ancianos dependientes. Al parecer se ha comprobado que eso aumenta la calidad y la empatía en la atención a los residentes y reduce las bajas laborales y el estrés en el personal cuidante.

Los de la izquierda comunista (el “partido de la Izquierda”) le daban duro al bombo, lo podía sentir desde casa.

Desfilando.   Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Desfilando. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Pero cuando bajé a la calle ya estaban desfilaba los Socialdemócratas y los sindicatos afines. Aún siendo festivo, su estilo era bastante más marcial que el de Iniciativa Feminista.

Desfilando.  Primero de mayo.  Gotemburgo. Foto R.Puig

Desfilando. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Sin que faltase la banda de música y muchas banderas rojas.

Por supuesto, son ellos los que cerraron la manifestación en el lugar más representativo de la ciudad, la Götaplatsen, que preside el Poseidon de Karl Miles.

Primero de mayo. Gotemburgo.  Foto R.Puig

Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

El mitin

La plaza está llena y una gran parte de los asistentes ha podido sentarse cómodamente

En el mitin. Primero de mayo. Gotemburgo.   Foto R.Puig

En el mitin. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Bajo las arcadas del Museo de Arte se alinean los abanderados

Banderas. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Banderas. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

La banda de música se sitúa ante el estrado donde se produce una breve arenga de un joven militante, centrada en el lema de este año: “Conocimiento, Libertad, Futuro”, enfocado hacia la reforma de la escuela y de la enseñanza en general.

En el mitin. Primero de mayo.   Gotemburgo.   Foto R.Puig

En el mitin. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Pero el plato fuerte de la jornada será el largo discurso de la ministra de Asuntos Exteriores que no desperdicia la ocasión para desplegar los argumentos a favor de la política exterior de su gobierno.  La audiencia aplaude en los momentos en que la oradora hace las inflexiones adecuadas de voz.

Habla Margot. Primero de mayo. Gotemburgo.  Foto R.Puig

Habla Margot. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

No se hace referencia a las genéricas o modestas reivindicaciones de las pancartas que han desfilado por la ciudad, ahora convenientemente plegadas y recogidas en una camioneta. Entre el público sólo ondean tres banderas palestinas

El mitin del Primero de Mayo en Gotemburgo. Foto R.Puig

El mitin del Primero de Mayo en Gotemburgo. Foto R.Puig

Cuando el discurso está por concluir, el cielo parece pedir un final y la lluvia se desata

En el mitin. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

En el mitin. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Al fondo de la plaza una anciana alza el puño, mientras cerca del estrado se entona la Internacional.

Puño en alto. Primero de mayo. Gotemburgo.  Foto R.Puig

Puño en alto. Primero de mayo. Gotemburgo. Foto R.Puig

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NOTA: Se puede leer más sobre la fiesta de Valborg en Gotemburgo en la página del GöteborgDaily (un noticiero en inglés sobre la vida de la ciudad. Hace dos años publicó más fotos e información al respecto


Hace setenta años: “los autobuses blancos” de la Cruz Roja sueca a finales de la II Guerra Mundial

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Zapatos de niños. Memorial de las víctimas de los campos de exterminio nazis. Gotemburgo. Foto R.Puig

Zapatos de niños. Memorial de las víctimas de los campos de exterminio nazis. Gotemburgo. Foto R.Puig

La arriesgada aventura de los Vita bussarna, con 250 voluntarios daneses y suecos de la Cruz Roja, lograron salvar de una muerte cercana en los campos de concentración nazis a miles de prisioneros exhaustos y enfermos,  durante los últimos meses de la II Guerra Mundial.

Fue la mediación y la capacidad de coordinación de Folke Bernadotte (Estocolmo 1895 – Jerusalén 1948), diplomático y militar, vicepresidente de la Cruz Roja sueca, quien consiguió que la expedición llegase a los campos donde estaban prisioneros miles de escandinavos, que era a quienes inicialmente se orientaba la acción de rescate, apoyada por los gobiernos de Suecia y Dinamarca

Busto de Folke Bernadotte en Estocolmo. Foto R.Puig

Busto de Folke Bernadotte en Estocolmo. Foto R.Puig

Vita bussar 1945. Fuente omnibus.se

Vita bussarna 1945. Fuente omnibus.se

La operación duró dos meses. Aún se combatía y, sobre todo se bombardeaba, en Alemania, cuando el convoy se puso en marcha. Alcanzó una dimensión humanitaria doble de lo planeado. Entre los 36 autobuses blancos de los suecos y muchos vehículos similares de los daneses se logró sacar de los campos, para evitar su exterminio final, a 15.500 prisioneros que, en su última etapa salieron por barco desde Hamburgo a Malmö.  La mitad eran escandinavos y, de ellos, 1500 eran suecos. Pero se rescató al mismo tiempo a 7000 internados de origen polaco.

Cuantro mil del total además eran judíos, destacando las cerca de 300 mujeres que fueron  liberadas del campo de Ravensbruck.

Un 10 % de todos ellos se establecieron en Gotemburgo y su región. Anteayer, viernes 8, y ayer sábado 9 de mayo se ha hecho memoria de aquel viaje y de aquella llegada a Gotemburgo.

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“Un día para una humanidad solidaria sin fronteras” (En dag för gränslös medmänsklighet)

En la tarde del viernes, las ceremonias del recuerdo empezaron con una visita al cementerio judío, situado dentro del gran Cementerio del Este en Gotemburgo, que no hay que confundir con el cementerio judío antiguo del que hemos hablado también en este blog.

Ha sido particularmente emocionante el recuerdo de treinta y nueve de aquellos hombres y mujeres que no consiguieron recuperarse de su grave estado de salud y fallecieron en hospitales de la región durante los meses sucesivos a su llegada o, en algunos casos, se quitaron la vida, tras perder la esperanza de una mejor vida o bajo el sentimiento de culpabilidad de no haber muerto como el resto de los suyos

Tumbas de mujeres judías rescatadas que fallecieron durante 1945 poco después de llegar a Suecia. Cementerio judío. Gotemburgo

Tumbas de mujeres judías rescatadas que fallecieron durante 1945 poco después de llegar a Suecia.                 Cementerio judío. Gotemburgo

He aquí sus nombres:

Fallecidos en la región después de haber llegado que yacen en el cementerio judío.

Fallecidos en la región después de haber llegado que yacen en el cementerio judío.

Del cementerio nos trasladamos al memorial de las víctimas del Holocausto, enfermos mentales, homosexuales, gitanos, judíos y niños usados como cobayas para las experimentaciones de médicos sádicos e inhumanos.

En el memorial de las víctimas de los campos de exterminio nazis. Gotemburgo. Foto R.Puig

En el memorial de las víctimas de los campos de exterminio nazis. Gotemburgo. Foto R.Puig

Concluimos la tarde en la Sinagoga de Gotemburgo, en cuyo patio se alza un memorial con cerca de dos mil nombres que corresponden a judíos sobrevivientes que llegaron a Gotemburgo, rescatados por los 250 voluntarios de la Cruz Roja  de Suecia y Dinamarca.

Memorial de familiares asesinados de los judíos que llegaron a Gotemburgo en 1945. Foto R.Puig

Detalle del memorial de familiares asesinados de los judíos que llegaron a Gotemburgo en 1945. Foto R.Puig

Están sus nombres y los de aquellos familiares suyos que no sobrevivieron a los campos. Me comentaron que en Estocolmo los nombres en los  murales son muchísimos más.

Bajo el nombre de la persona sobreviviente están los de padres y madres, hermanos, hijos e hijas, primos, tíos, abuelos. También figura el parentesco, la fecha de nacimiento y el lugar y la fecha de la muerte, siempre que se hayan podido determinar.

Las ceremonias del cementerio y la sinagoga, en las que intervino el rabino de Gotemburgo y algunos de los descendientes de quienes llegaron en los autobuses blancos, concluyó con una actuación del Coro de la Iglesia de Oscar Fredrik que interpretó canciones suecas y judías.

Detalle del memorial de familiares asesinados de los judíos que llegaron a Gotemburgo en 1945. Foto R.Puig

Detalle del memorial de familiares asesinados de los judíos que llegaron a Gotemburgo en 1945. Foto R.Puig

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En la catedral

También asistí ayer sábado en la Domkyrkan a algunas de las sesiones del programa de conmemoración de tres acontecimientos: los 70 años del final de la guerra, la liberación de los campos y la acción de los autobuses blancos

Ayer ante la catedral de Gotemburgo. Foto R.Puig

Ayer ante la catedral de Gotemburgo. Foto R.Puig

Intervinieron algunos de los hijos de aquellos que fueron rescatados de los campos por la expedición y un hijo de Folke Bernadotte.  De su vida se habló en un panel. También intervino uno de los conductores de aquellos autobuses, que hoy tiene 92 años.

No entraré aquí en todos los detalles del programa, pues discurrió desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde.

Su conclusión fue musical, a cargo del Coro de Cámara de Gotemburgo, con magníficas interpretaciones de letras de poetas y músicas de compositores, todos escandinavos, entre ellos las del premio nobel Tomas Tranströmer, que incluido el recital de tres de sus poemas a los que puso melodía el compositor Gunnar Eriksson.

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Epílogo

El arriesgado rescate a cargo de los vita bussarna se desarrolló semanas antes de que Alemania capitulara. Es sabido que primero se rindió al ejército británico el 5 de mayo de 1945 (“capitulación del Noroeste”)  y luego completó la capitulación en Reims el 8 de mayo, ratificando así su rendición ante los americanos.

Setenta años después, en Gotemburgo se recuerda la historia de aquella barbarie y, para que no se repita, se saluda con respeto la memoria de aquellos que arriesgaron su vida sacando del infierno a miles de víctimas de los campos de concentración y de exterminio.

Cuando lo que se recuerda es el final de aquellas matanzas del nacionalismo, del belicismo y del odio racista, constatamos sin embargo con tristeza que una nación que sufrió más de veinte millones de muertes en aquella contienda, lo celebra en la Plaza Roja de Moscú con la ostentosa exhibición de fuerza y de testosterona acorazada de un ejército empeñado en alimentar nuevos conflictos y generar nuevos sufrimientos en tierra europea.

Somos seguramente millares, creo que millones, los que deseamos que estas formas bárbaras de entender el mundo y la historia se extingan y cedan el paso a otras dignas de la persona humana. A quienes nacimos en 1945 y, en mi caso, pocas semanas después de los acontecimientos aquí rememorados, a los pensamientos y emociones que recordarlos nos genera se añade una sentimiento particular, quizá por el hecho de haber proferido nuestro primer berrido cuando las armas habían callado y la población, sobreviviente y atormentada, podía iniciar su duelo y comenzar a reconstruir Europa sobre sus ruinas.

Sólo quería decir que he sentido una honda emoción durante los dos últimos dos días, asistiendo a los actos en los que quienes pueden recordar los hechos aquí resumidos han compartido sus memorias con los que no los vivimos. Cuando los sobrevivientes casi han desaparecido, son sus descendientes quienes se esfuerzan por evitar que aquello se olvide, para prevenir que las nuevas generaciones reincidan en el odio identitario. Esta crónica es un grano de arena que añado a esta labor.

Las varias identidades de cada uno de nosotros son parte natural de nuestras vidas, pero a menudo se usan para justificar la voluntad de excluir a aquellos cuya identidad, étnica, política, religiosa, de orientación sexual u otra, convertimos en un estigma y en una señal para su marginación, expulsión o, como en el caso de los genocidios recientes o antiguos, en  una fanática motivación para extirpar de ellos su condición de personas y decretar su sistemática aniquilación y su extinción en masa.

En mis momentos de pesimismo pienso que, análogamente a eso que enuncia la termodinámica, la energía no puede crearse ni destruirse y sólo se puede cambiar de una forma a otra, en nuestra antroposfera, en esa delgada capa que sobre el planeta formamos los seres humanos, el odio identitario no se reduce nunca. Es como si fuese un maldito repositorio de pasión asesina que cuando disminuye en una región, resurge y cambia de rostro y de motivaciones en otra, como aquella hidra mitológica a la que, aunque se le amputase una cabeza,  siempre le nacía otra.

De modo que el mundo sigue sembrándose con tumbas de hombres, mujeres y niños privados de su dignidad

Sepultura de Manja Bilevitz 1916 a 1944. Cementerio del Este. Gotemburgo. Foto R.Puig

Sepultura de Manja Bilevitz 1916 a 1944. Cementerio del Este. Gotemburgo. Foto R.Puig


Esquinas y espacios de la primavera

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Primicias.  Foto R.Puig

Primicias. Foto R.Puig

Para Bernardo

Ayer di un largo paseo.

Mientras andaba,  pensaba en lo qué escribiría hoy, para publicarlo mañana.

Mañana es hoy.

A pesar del frío es primavera, pero menos que ayer, porque amaneció nublado.

Mi caminata vespertina me llevó hasta los muelles solitarios.

Nadie. Foto R.Puig

Nadie. Foto R.Puig

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Exilios

Como todos los años por esta época me vino a la memoria el título de un libro. Si lo hubiese citado allá por la primavera del 2012, habría aludido al treinta aniversario de su publicación: Primavera con una esquina rota.  Su autor, Mario Benedetti (1920-2009) me lo firmó a fines de la primavera de 1983, en la Feria del Libro de Madrid.

Entresaco unas líneas

Lo esencial es adaptarse. Ya sé que a esta edad es difícil. Casi imposible. Y sin embargo. Después de todo, mi exilio es mío. No todos tienen un exilio propio. A mí quisieron encajarme uno ajeno. Vano intento. Lo convertí en mío. ¿Cómo fue? Eso no importa. No es un secreto ni una revelación. Yo diría que hay que empezar a apoderarse de las calles. De las esquinas. Del cielo. De los cafés. De sol, y lo que es más importante de la sombra. Cuando uno llega a percibir que una calle no le es extranjera, sólo entonces la calle deja de mirarlo a uno como a un extraño. Y así con todo

(Mario Benedetti, Primavera con una esquina rota, Madrid, Alfaguara, 1983 (1982), pág. 21)

No todas las esquinas de la primavera están rotas, a pesar de que  sean tantos los exilios, y de que por las calles de Europa sigan las gentes venidas de lejos buscando el reconocimiento mutuo.

En Gotemburgo la estación despierta con la explosión de los verdes de sus parques y los aires altos y limpios de sus atardeceres.

Verde. Foto R.Puig

Verde. Foto R.Puig

Y mis amigos los pájaros de los parques siempre atentos a brindarme imágenes

Nos bañamos. Foto R.Puig

Nos bañamos. Foto R.Puig

Si queréis verlos en movimiento sólo tenéis que espiarlos aquí

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Las grúas de Gotemburgo

Sólo una pareja de muchachas, mirando a la ría, balanceaban los pies al borde del agua

En el muelle. Foto R.Puig

En el muelle. Foto R.Puig

En la otra orilla, se yerguen como mantis las gruas de los astilleros de Gotemburgo, recientemente clausurados

Desde el muelle. Foto R.Puig

Desde el muelle. Foto R.Puig

Ha habido una subasta. Para evitar que fuesen desmanteladas y la línea del cielo perdiese estas señas de identidad de su pasado naviero han pujado empresas y particulares de la ciudad.  Entre ellos, Ingvar Oldsberg  (31 marzo 1945), vecino de mi barrio y animador de programas de TV. Ha comprado una de ellas y la ha regalado a la ciudad

La línea del cielo. Atardece en Gotemburgo. Foto R.Puig

La línea del cielo. Atardece en Gotemburgo. Foto R.Puig

Ahora que estos muelles me son familiares, no me hubiera gustado que desaparecisesn sus grandes insectos del pasado. ¡Si hasta se reflejan en las ventanas!

El crepusculo en la ventana.  Foto R.Puig

El crepusculo en la ventana. Foto R.Puig

Mientras vuelvo a casa, al doblar una esquina me tropiezo con el diálogo testarudo de dos objetos urbanos.

No me lleves la contraria. Foto R.Puig

No me lleves la contraria. Foto R.Puig

Ahora que España está en campaña electoral para elegir a quienes han de gobernar los municipios y las comunidades autónomas, estos dos objetos, en sorda lucha de posturas, me hacen pensar en los enroques a los que asistimos.

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En los viveros

Apenas sé de plantas. Pero he ayudado a mi mujer para el transporte de las que ha elegido para el patio de nuestra comunidad de vecinos. Y, sobre todo, para acarrear los sacos de tierra

Para el patio de casa.  Foto R.Puig

Para el patio de la casa. Foto R.Puig

En el vivero hay que buscar especies que florezcan y crezcan a la sombra, pues, todo hay que decirlo, el sol no nos alcanza mucho.

Poco a poco, ese espacio común va semejando un pequeño jardín, y los niños del quinto piso han plantado tulipanes.

He aprovechado para darme una vuelta por los corredores flanqueados de macetas. Podría llenar esta página de imágenes, pero me he quedado con dos.

Prunus Subhirtella. Foto R.Puig

Prunus Subhirtella. Foto R.Puig

Physocarpus opuliofolius. Foto R.Puig

Physocarpus opuliofolius. Foto R.Puig

He propuesto tímidamente la adquisición de unos románticos ángeles hermafroditas, para que monten la guardia en el patio, pero no he podido convencer a mi cónyuge.  Los fondos comunitarios no permiten tales dispendios. En todo caso, no he querido quedarme con las ganas de mostrarles estas piezas de escultura jardinera

Guardas de jardín. Foto R.Puig

Guardas de jardín. Foto R.Puig

¡Ustedes juzguen!

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La modesta poesía de lo doméstico

La verdad es que no necesitamos de los ángeles para que las cosas de cada día se revistan de poesía. Un amigo y compañero de mis lejanos tiempos del Perú, me ha mandado desde Lima unas poesías.

De su mirada sobre los objetos de cada día extraigo la dedicada a una humilde escoba

Escobita. Foto R.Puig

Escobita. Foto R.Puig

Escobita

Mi confidente. La saco a pasear

y le cuento cosas caminando por el borde de los días y los años.

Reunimos fragmentos perdidos,

historias de la casa y de nuestra vida,

y los arropamos

con cuidado de no mirar mucho el cielo,

-más bien las losas abrazadas a las vértebras  de la Tierra-

y los guardamos en un pañuelo de olvidos-

presagios y eternas esperanzas.

(Bernardo Regal,  “Cosas de la casa”, 23 de abril del 2014)

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Mi maleta es mía. Foto R.Puig

Mi maleta es mía. Foto R.Puig

Volviendo a Benedetti

Pero al hilo de una foto que tenía por ahí, tomada en el aeropuerto de Alicante hace no mucho, he vuelto a otro texto de “Primavera con una esquina rota”:

Entre las cosas que a veces llegan al aeropuerto está por ejemplo mi papá. Los pasajeros que llegan siempre les traen regalos a sus hijitas queridas pero mi papá que llegará mañana no me traerá ningún regalo porque estuvo preso político cinco años y yo soy muy comprensiva. Nosotros frecuentamos los aeropuertos sobre todo cuando llega mi papá. Cuando el aeropuerto está de huelga es mucho más fácil conseguir taxi para el aeropuerto. Hay algunos aeropuertos que además de taxis tienen aviones. Cuando los taxis hacen huelga los aviones no pueden aterrizar. Los taxis son la parte más importante del aeropuerto.

(Mario Benedetti, Primavera con una esquina rota, Madrid, Alfaguara, 1983 (1982), pág. 211)

No sé si mi amigo Antonio Serrano Cuetocatedrático y escritor de excelentes microrrelatos, lo incluiría dentro de ese género literario. En todo caso, estas lineas de Benedetti consiguen decir mucho con poco

De la mano de papá. Foto R.Puig

De la mano de papá. Foto R.Puig

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Por la primavera besos

Y para acabar, unos versos de John Fuller (Ashford 1937).

Con su aire ligero y su ironía suave, tan adecuados a los días de primavera, los extraigo de uno de los libros que me dedicó cuando estuvo en mi casa en Bruselas, honrando con su visita a este aprendiz de literato. Vino con Prue, su esposa y Directora del ACE Center de Oxford, que yo había visitado hace años, quien estaba en un comité de evaluación de proyectos del que yo era coordinador.  Las reuniones de trabajo me brindaron el encuentro con un brillante poeta inglés.

The Kiss

Who are you

You who may

Die one day.

.

Who saw the

Fat bee and

The owl fly

.

And the sad

Ivy put out

One sly arm?

.

Not the eye,

Not the ear

Can say Yes:

.

One eye has

Its lid and

Can get shy;

.

One ear can

Run out and

Off the map;

.

One eye can

Aim too low

And not hit;

.

One ear can

Hug the air

Get too hot.

.

But lip and

Red lip are

Two and two,

.

His lip and

Her lip mix

And are wed,

.

Lip and lip

Can now say:

“You may die

.

But not yet.

Yes you die

But not yet.”

.

The old lie.

(John Fuller, Lies and Secrets, London, Secker & Warburg, 1979, pp. 44-45)

 

Primicias. Foto R.Puig

Primicias. Foto R.Puig

 



Breverías erasmianas (XIX): “Ne puero gladium”

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Andrea Podesta. Lucha de putti. Detalle. Galería Doria Pamhili. Roma

Andrea Podesta. Lucha de putti. Detalle. Galería Doria Pamhili. Roma

Han pasado ya más de dos meses desde mi último comentario de los Adagios de Erasmo en estas páginas. Así que hace pocos días anduve hojeando su Adagiorum Chiliades (“Millares de Adagios”) y pasando el dedo (o el cursor) por su índice en la edición digital (Belles Lettres y el Grupo GRAC de la Universidad de Lyon 2) dirigida por Jean-Christophe SALADIN.

Ne puero gladium. Index Adagia. Belles Lettres

Ne puero gladium. Index Adagia. Belles Lettres

Y el dedo se detuvo en un adagio que recuerdo especialmente, pues Erasmo lo usa cuando, en la introducción de su colección, diserta sobre la naturaleza de los adagios, y lo relaciona con otras formas de analogía:

Los proverbios tienen también ciertos parientes cercanos, como son los ‘gnomai’, que nosotros llamamos «sentencias», y los ‘ainoi’, que entre nosotros se llaman «apólogos», así como los ‘apotegmata’, que se puede traducir al latín como «dichos breves e ingeniosos». Por otro lado, están los skommata o «expresiones equívocas». En definitiva, algo que se presenta en forma de alegoría o de cualquier otra figura proverbial, como enmascarado. Aunque si uno sabe ajustarse así a la definición como al modelo y a la regla, no le ha de resultar difícil distinguir entre esos géneros y el de los adagios…

…«No dar una espada a un niño» participa igualmente de la naturaleza del adagio y del aforismo e incluso de la alegoría..

(Erasmo de Rotterdam, Adagios del poder y de la guerra y Teoría del Adagio, Edición y traducción de Ramón Puig de la Bellacasa, Madrid, Alianza Editorial, 2008. IV. “Cómo se diferencia el adagio de otras formas que se le aproximan”, páginas 73-74)

.

“Ne puero gladium”

No confíes la espada a un niño

Adagio II, V, 18

“La espada al niño no”, una alegoría proverbial donde el “confíes” se sobreentiende, recomienda que no se entregue el poder ni a los adolescentes, ni a los inexpertos, ni a los necios, porque abusarán del mismo, tanto para su propia ruina como para la de los demás.

Ne puero gladium, subaudiendum, commiseris, allegoria proverbialis, admonens, non esse mandandam potestatem vel adolescentibus, vel imperitis ac stultis, qua tum in suam, tum aliorum perniciem sint abusuri.

No confiar a un joven la administración del dinero: ‘No des la espada a un niño’.  No delegues en un necio el liderazgo del pueblo: ‘No des la espada a un niño’.  No des el reino a un imberbe: ‘No des la espada a un niño’. No encomiendes los cargos públicos a los majaderos: ‘No des la espada a un niño’.  Al que carece de ciencia y de prudencia no le hagas obispo: ‘No des la espada a un niño’

Ne juveni commiseris administrationem pecuniae: ne puero gladium. Ne stulto concionandi apud populum partes delegaris: ne puero gladium. Ne regnum impuberi : ne puero gladium. Ne magistratum mandaris stultis : ne puero gladium. Ne erudito parumque cordato commiseris episcopi munus.

A continuación, Erasmo alude al uso del adagio en los Moralia de Plutarco:

Podría también decir:  ni en el niño riquezas, ni en el adulto incompetencia. Lo que significa que el dinero es pestífero en los adolescentes y en el adulto la incompetencia

Ego vero dixerim: ne puero divitias neve viro imperitiam. Significat pecuniam pestiferam adolescentibus, viro inscitiam

Por lo que el autor de las Vidas paralelas añade que es mejor que

A los niños, para que se entretengan, se les de un sonajero o una pelota, no la lanza o el puñal

Pueris non valentibus conquiescere, non hastam aut ensem, sed crepitaculum aut sphaeram

.

La nota contemporánea

Erasmo acaba su comentario con una anécdota de Enrique VII de Inglaterra (1457-1509), a quien conoció personalmente durante su primera estancia en Inglaterra en 1499.  Aunque hoy se conozca mejor el papel de conspirador y comanditario de asesinatos que caracterizó a aquel rey, famoso por haber derrotado a Ricardo III (el malo malísimo de Shakespeare hoy rehabilitado), nuestro humanista sólo pudo conocer la cara amable del usurpador por la versión de aquellos acontecimientos difundida por Tomás Moro (1478-1535), quien acabó siendo amigo del humanista de Rotterdam

En cualquier caso, a Erasmo le sorprendió agradablemente que al primero de la dinastía de los Tudor le gustase entreverar proverbios en la conversación.

Lo ilustra diciendo que aquel rey,

refiriéndose al sermón que había escuchado a uno de aquellos teólogos apodados ‘mendicantes’, que despotricaba con lengua desenfrenada contra el tenor de vida de los príncipes, no por afán de libertad sino por insania furiosa (hay quienes buscan notoriedad por esta vía), comentó que ‘parecía como un demente a cuyas manos hubiesen confiado una espada’

(NB: Versión latina de los Adagios aquí utilizada: Les Adages d’Érasme, Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp, 1156-1157, la traducción es mía)

.

A modo de conclusión

Paul Valéry escribió reflexiones de diversa naturaleza, compilándolas “tal cual” (Tel quel) las producía, sin un plan de conjunto y más o menos agrupados. Hay uno que titula “esconde a tu dios” (Cache ton dieu) que me parece especialmente significativo en tiempo de contiendas electorales:

No hace falta atacar a los otros, sino a sus dioses. Hay que golpear a los dioses del adversario. Pero antes es preciso descubrirlos. Sus verdaderos dioses, los hombres los esconden cuidadosamente

.

¡Ah! ¡Me olvidaba! En cuanto al adagio erasmiano debo subrayar que toda similitud con inquietudes y acontecimientos del momento electoral presente es pura persistencia

Ne puero...

Ne puero… Dibujo R.Puig


¿A quién le importa?

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La literatura ja ja ja ja. Goya a partir de Velázquez

La literatura ja ja ja ja. Goya, grabado a partir de Velázquez, detalle

Los profesores de Literatura Española (en cualquiera de nuestras lenguas) podrían un día ser superfluos. La mejor forma de que esto ocurra es que el Ministerio de Educación o el respectivo Departamento de Educación autonómico sigan dando mordiscos al programa, para que al final los estudiantes de Bachillerato consideren que no sirve para nada leer y estudiar a nuestros autores clásicos y modernos, que eso no ayuda a sacar nota, ni en los estudios ni en la vida. Podría llegar el día en que ya no haya héroes que quieran enseñar nuestra literatura.

Tres profesores de Barcelona han lanzado una voz de alarma. Es una botella al mar. Esperemos que llegue a la playa adecuada y que las autoridades del castillo se inclinen a recogerla, que lean el mensaje y pongan remedio a este desahucio en marcha.

¿Adiós a la literatura?

               Como consecuencia de la implantación del nuevo currículum de bachillerato definido por la  LOMCE, la materia dedicada al estudio de las literatura castellana y catalana) ha sufrido una degradación que consideramos inaceptable. Hasta la fecha ambas literaturas tenían la consideración de asignaturas de la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales con una carga lectiva de cuatro horas semanales y los alumnos podían elegirlas en los exámenes de acceso a la universidad.

               A partir del próximo curso quedan relegadas a la categoría de “materia específica”, lo que en realidad significa que han sido excluidas  de hecho del currículum de Humanidades y Ciencias Sociales. Su carga lectiva se reduce a dos horas y, además, no serán evaluables en la prueba final de bachillerato o reválida, con lo que las posibilidades de que sean elegidas por los alumnos se reducen muy considerablemente. Por el contrario la asignatura Literatura universal se convierte en materia de modalidad, evaluable en la prueba final y con una carga lectiva de cuatro horas.

               El Departament d’Ensenyament en este caso ha aplicado mecánicamente lo que indica el articulado de la LOMCE que, al parecer, ignora la existencia en España de comunidades con dos lenguas oficiales. El Ministerio de Educación entiende que el estudio de la literatura se puede llevar a cabo perfectamente dentro del programa de la asignatura común, es decir, cursada por todos los alumnos de bachillerato. Pero debe tenerse en cuenta que, en territorios monolingües, dichas asignaturas comunes tienen una carga lectiva de ocho horas entre los dos cursos. En los territorios bilingües la carga se reduce a cuatro horas. Como demuestra la experiencia en dicha materia se prioriza todo lo que tenga que ver con la competencia lingüística y, en consecuencia, el estudio de la literatura  queda relegado a un segundo plano, cuando no definitivamente suprimido.

               Por todo ello instamos al Ministerio de Educación y al Departament d’Ensenyament  a que corrijan lo que a todas luces es un despropósito y posibiliten que el estudio de la literatura recupere el lugar que le corresponde  –por razones que deberían resultar obvias-  en un plan de estudios de Humanidades. Para ello resulta imprescindible que se den dos circunstancias:

               1- Las asignaturas de Literatura castellana y de Literatura catalana deben recuperar su condición de materias de modalidad evaluables en la prueba final de bachillerato.

               2- Las asignaturas de Literatura castellana  y de Literatura catalana deben tener la misma carga lectiva que el resto de materias de modalidad, es decir, cuatro horas semanales.

Carlos Alcalá (Institut Infanta Isabel d’Aragó)

Teresa Barjau (Institut Icaria)

Joaquim Parellada (Institut Infanta Isabel d’Aragó):

El manifiesto de nuestros amigos profesores ha aparecido también en dos blogs, en la Nave de los locos y en De ahora en adelante, desde luego mucho más competentes en materia literaria que el de quien les habla.

.

Pisa con garbo…

Shanghai Pisa con garbo. Fuente Antena3

Shanghai pisa con garbo. Fuente Antena3

Me van a decir que soy exagerado, pero esta actitud de las autoridades educativas hacia nuestra literatura es coherente con la obsesión por situarse en los mejores puestos del ranking del llamado Informe Pisa (Programme for International Student Assessment), en el que, cada tres años, los ministerios de educación de 65 países quieren a toda costa ser bien puntuados.

Se incluyen desde luego factores tan importantes como la “financial literacy” que es algo así como el conocimiento y la competencia financiera de los alumnos de quince años.

A mí esto me ha hecho pensar en esta escena de Galdós, quien a finales del siglo XIX (Torquemada en la hoguera, 1888) ya ironizaba sobre ciertas prioridades educativas:

Les dijo:

– Voy a presentarles a ustedes el monstruo de la edad presente.

 Y le presentó y se maravillaron, pues fue el chico a la pizarra, y como quien garabatea por enredar y gastar tiza, resolvió problemas dificilísimos. Luego hizo de  memoria diferentes cálculos y operaciones, que aun para los más peritos no son coser y cantar. Uno de aquellos maestrazos, queriendo apurarle, le echó el cálculo de radicales numéricos, y como si le hubieran echado almendras. Lo mismo era para él la raíz enésima que para otros dar un par de brincos. Los tíos aquellos, tan sabios, se miraron absortos, declarando no haber visto caso ni remotamente parecido.

Era en verdad interesante aquel cuadro y digno de figurar en los anales de la ciencia: cuatro varones de más de cincuenta años, calvos y medio ciegos de tanto estudiar, maestros de maestros, congregábanse delante de aquel mocoso, que tenía que hacer sus cálculos en la parte baja del encerado, y la admiración los tenía mudos y perplejos, pues ya le podían echar dificultades al angelito, que se las bebía como agua. Otro de los examinadores propuso las homologías, creyendo que Valentín estaba raso de ellas, y cuando vieron que no, los tales no pudieron contener su entusiasmo: uno le llamó el Anticristo; otro le cogió en brazos y se lo puso a la pela, y todos se disputaban sobre quién se le llevaría, ansiosos de completar la educación del primer matemático del siglo. Valentín los miraba sin orgullo ni cortedad, inocente y dueño de sí, como Cristo niño entre los doctores.

(Benito Perez Galdós, Las novelas de Torquemada, Madrid, Alianza Editorial, el Libro de bolsillo, 1967, pp.19-20)

.

Pero ¿para qué perder el tiempo con Galdós?  Ayer mismo acabaron las pruebas del Informe Pisa correspondiente al año 2015. Más de treinta mil alumnos de 15 años repartidos por 900 centros de todas las comunidades autónomas españolas han respondido por ordenador a una prueba de dos horas. Anhelantes, los departamentos de Educación esperarán a que se publiquen los resultados.

Olimpiadas matemáticas. Singapur. Fuente Raffles Institution

Olimpiadas matemáticas. Singapur. Fuente Raffles Institution

¿Nos acercaremos a Singapur? ¿Estaremos más cerca de Shanghai?

.

Por los despachos

Sr. Ministro, su discurso para el Centenario de Santa Teresa…

Bien, bien, Martínez. No está mal, pero veo algunos detalles que no vienen al caso. No me sea tan devoto. Ya sabe que estoy harto de que me acusen de estar a lo que manden los obispos. Ahora se lleva lo laico. Así que quíteme eso de Las Moradas. ¡A quién le importan la vida y el color de los hábitos de las monjas de Santa Teresa! Meta usted… Veamos… ¡Ya! ¡Ponga algo sobre el erotismo subliminal en las obras de Santa Teresa!

Ah!  Y prepáreme usted cuanto antes mi visita oficial a Singapur

Vamos a enterrar a Cervantes con todos los honores

Vamos a enterrar los huesos de Cervantes con todos los honores. Foto R.Puig


Breverías erasmianas  (XX): “Nemo mortalium omnibus horis sapit” (No hay mortal que sea sabio a todas horas)

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El púgil a la espera. Palazzo Massimo.  Roma.  Foto R.Puig

El púgil a la espera. Palazzo Massimo. Roma. Foto R.Puig

Hace tres días he tenido la suerte de haber alcanzado mis setenta años en relativo buen estado de conservación. Así que he decidido filosofar un poco. Pero como no me siento con la autoridad necesaria, me remito a los antiguos, con la mediación de un moderno, es decir de Erasmo de Rotterdam, en cuyos Adagios siempre se puede bucear sin que, al subir a la superficie, el submarinista venga con las manos vacías.

Los lugares comunes parecen menos vulgares si nos llegan desde épocas oraculares. De hecho, la vida, no en teoría si no en la práctica,  nos confirma algunas cosas obvias, que no por serlo dejan de tener su miga.

En realidad, el tiempo nos va poniendo en el sitio que nos corresponde. No obstante, a pesar de que los humos juveniles se desvanecieron hace tiempo, no estamos nunca a salvo de certezas melodramáticas y de humos seniles.  Por mucho que se diga que la experiencia es madre de la ciencia, tras tantos años de trials and errors, pienso que no pecaba Sócrates de falsa modestia cuando proclamaba que  lo único que sabía es que no sabía nada (sciret se nihil scire et hoc unum se scire profitebatur), lo que también comentaba Erasmo en el adagio Nosce te ipsum.

Sócrates. Museo Pío Clementino Ciudad del Vaticano. Foto R.Puig

Sócrates. Museo Pío Clementino Ciudad del Vaticano. Foto R.Puig

Pero pasemos al adagio de hoy…

 

“Nemo mortalium omnibus horis sapit”

No hay mortal que sea sabio a todas horas

Adagio II, IV, 29.

Comienza Erasmo el comentario remitiéndose a Plinio el Viejo:

Plinio dejó escrito en “Sobre la excelencia de los pueblos”:

Si, descartando adular a la fortuna, deseamos juzgar con objetividad, hemos de convenir en que no hay mortal que sea feliz.  El azar habrá tenido que ser generoso e indulgente con aquel que pueda en verdad decir que no es infeliz. Contando además con que, aparte de otros factores, el miedo a ser abandonados por la buena suerte no falta. Y una vez que el temor se ha instalado, la felicidad ya no es sólida. ¿Y qué decir del hecho de que no hay mortal que sea sabio a todas horas? ¡Ojalá que este dicho fuese falso y no un autorizado vaticinio!

(Plinio el Viejo, Naturalis Historia, VII, 130-131)

De esas palabras de Plinio se puede deducir que la expresión “no hay mortal que sea sabio a todas horas” se hizo popular al ser transmitida a la posteridad como un dicho del oráculo. El sentido está claro y no hace falta interpretarlo: no hay nadie que no se comporte como un estúpido y no cometa errores en algún momento de su vida. Por añadidura, la estulticia suele escoltar a la infelicidad o, en todo caso, si acontece una desgracia, se atribuye a menudo a la estupidez.

Al mismo contexto pertenece el adagio que Plinio añade poco después:

Un día juzga al otro, el último los juzgará todos

(Alius de alio judicat dies, supremus de ómnibus)

En Las ranas de Aristófanes aparece otro verso de contenido análogo, que el poeta atribuye a Eurípides:

Nadie hubo que viviese completamente feliz

(Haud vivit ullus omnibus felix modis)

Erasmo cita a continuación algunos versos de EurípidesHoracio, que también nos dicen que la felicidad completa no es patrimonio de ningún mortal, para concluir con uno de Simónides:

Nadie está del todo exento ni de mal ni de reproche

(Nemo vacat prorsum malo neque crimine)

Texto latino de “Les Adages d’Érasme” présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), Lyon, 2010, pp.1100-1101. La traducción es mía.

Hasta aquí Erasmo.

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Por mi parte, espero que en los próximos treinta años las neuronas no me jueguen malas pasadas, no sea que al tratar de enmendar viejos errores reincida en los olvidados, o me busque otros nuevos.

En todo caso, hace dos días, me han regalado un peluche -¡con gorra de estudiante y todo!- de esos que les obsequian a los estudiantes que se gradúan de bachilleres y que andan alborotando con sus desfiles las calles de Gotemburgo y de toda Suecia.

Regalo de graduación. Foto R.Puig

Regalo de graduación. Foto R.Puig

¡Todavía hay quienes abrigan la esperanza de que me enmiende!

No hay duda de que el verano es un tiempo de ilusiones y de flores…

Días de lilas. Foto R.Puig

Días de lilas. Foto R.Puig

en especial para los que hemos nacido a sus puertas

Los pasos del estío. Foto R.Puig

Los pasos del estío. Foto R.Puig


El arte de reciclar. A propósito de la exposición de Johan Zetterquist en el Konsthall de Gotemburgo

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Exposicion de Johan Zetterquist. Konsthallen de Gotemburgo. Foto R.Puig

Exposicion de Johan Zetterquist. Konsthallen de Gotemburgo. Foto R.Puig

 

Mi idea es la de cuestionar a quienes deciden lo que se puede reproducir en el arte público

declaraba Johan Zetterquist a la periodista del Göteborgs-Posten un día antes del vernissage de su exposición “Kill the Poor Eat the Rich” en el Konsthall de Gotemburgo.  No me hacía falta más para despertar mi interés de ghostbuster a la caza de los eternos retornos de la moda conceptual que dominan la escena del arte desde que Bruce Nauman inventase en 1964 sus performances videograbadas y sus instalaciones. Aunque hay que remontarse a Marcel Duchamp y a 1914 para el inicio de los readymades, que es otro componente esencial para la persistencia de la corriente “conceptual” en el arte contemporáneo.

Página del diario local de Gotemburgo sobre la exposición Zetterquist. Foto R.Puig

Página del diario local de Gotemburgo sobre la exposición Zetterquist. Foto R.Puig

Johan Zetterquist nació en abril del 1968, bajo el signo de la conjunción estelar de las invenciones de Nauman y la sonada performance de la “revolución de mayo del 68″, aquella representación teatral (Edgar Morin dixit) que se celebraba cuando el recién nacido apenas llevaba un mes en este mundo.

Cuando cursa sus estudios de arte (1989-94) en la Academia Valand de Gotemburgo la enseñanza está dominada desde hace tiempo por el reciclaje sin fin de los hallazgos “conceptuales” y el uso de “objetos encontrados” de producción industrial, las instalaciones tous azimuts y con cualquier tipo de materiales y, por supuesto, el arte de videograbar todo género de performances de intrincado mensaje.

Zetterquist es lector ayudante de Primer Año, e investigador en plaza, de la Facultad de Arte de la Universidad de Gotemburgo, en cuya página se muestra como representativa de su expresión artística la Proposal No 1 Self-supporting Group of Supporters and Providers, que quiere decir lo siguiente:

A windmill park where the energy produced by the mills is used to make the blades of one windmill turn the other way around, against the wind

Parque eólico en el que se utiliza la energía producida por los molinos para que las aspas de uno de los eolianos  giren al revés, contra el viento.

Una proppuesta de eolianos contestatarios de Johan Zetterquist. Facultad de Arte. Goteborg

Una propuesta de eolianos contestatarios de Johan Zetterquist. Facultad de Arte. Goteborg

Además,  es uno de los artistas habituales de la Galeria Andrehn Schiptjenko de Estocolmo en cuyo sitio web se puede encontrar su curriculum vitae y observar algunas de sus obras, como por ejemplo:

Johan Zetterquist. Basket Flower 2001. Galería Andréhn-Schiptjenko. 2001

Johan Zetterquist. Basket Flower 2001. Galería Andréhn-Schiptjenko. 2001

Johan Zetterquist. Fotografía.  Galería Andréhn-Schiptjenko. 2011

Johan Zetterquist. Fotografía. Galería Andréhn-Schiptjenko. 2011

Desde 1996 ha sido beneficiario de hasta seis becas, como en el 2009 la de la prestigiosa Fundación Sten A. Olsson, en cuya página web se puede leer lo siguiente sobre los objetivos de su arte que le hacen merecedor del estipendio:

Johan Zetterquist crea propuestas de obras de arte público, a menudo bajo la forma de proyectos gigantescos que no se pueden realizar. Entre sus ideas destaca la de perforar un gran agujero que atraviese la luna. Sus visiones son a la vez utópicas y distópicas, teñidas de ironía y humor. Sus propuestas tienen gran concreción y precisión en su variedad de técnicas, destacando sus esculturas e instalaciones, siempre con una fuerte expresión visual.

Es además guitarrista de la banda Kallhygge (“Arma Fría”) y amante, según sus declaraciones del “rock duro brutal”.

——

Kill the Poor Eat the Rich. Exposición de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Kill the Poor Eat the Rich. Exposición de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Kill the Poor Eat the Rich

Dos canciones de hardrock, una de los Dead Kennedys  y otra de Motörhead  han inspirado el título de su exposición

Dead Kennedys

Dead Kennedys

Eat The Rich. Motorhead Song. Fuente Wikipedia

Eat The Rich. Motorhead Song. Fuente Wikipedia

La exposición “Mata a los Pobres y Cómete a los Ricos”, según su comisaria Liv Stoltz, recibe su adecuada luz de los textos de Sociología de la Cultura de Pierre Bourdieu, o de los de Slavoj Zizek sobre los Objetos Sublimes, e incluso de una cita de Richard Wagner, en la que el músico juzga la belleza vulgarmente perecedera de Luis II de Baviera y en cierto modo anuncia la “obra de arte total” de Zetterquist y su espíritu de contestación. La comisaria resume el espíritu de la exposición como un “puñetazo en el plexo solar”.

Profundas reflexiones en la exposicion Zetterquist.  Foto R.Puig

Profundas reflexiones en la exposicion Zetterquist. Foto R.Puig

Leyendo este prólogo confieso que entré expectante en el templo de arte contemporáneo del Konsthall de Gotemburgo (situado en un ala prudentemente separada del magnífico Museo de Arte), algo inquieto ante  las provocadoras propuestas que se me anunciaban o, al menos, con la ilusión de que me iban a divertir con algo nuevo.

En realidad se trata de una recolección de cosas que Zetterquist ya había expuesto en anteriores ocasiones. Si me dejase llevar por un malévolo impulso de hacer sangre diría que se trata de una muestra más de la pereza y el pensamiento vacuos que caracterizan (con limitadas excepciones) al llamado arte conceptual, que sigue regurgitando lo que fue vanguardia hace más de cincuenta años y que va camino de perpetuarse, ya que en numerosas academias y facultades de arte los alumnos están obligados a ingurgitarlo, so pena de suspender.

Pero, vayamos a la cosa en sí, no nos dejemos tentar por la fiesta del vernissage bon enfant en el jardín del Konsthall…

La fiesta del vernissage. Exposición Zetterquist. Foto R.Puig

La fiesta del vernissage. Exposición Zetterquist. Foto R.Puig

pasemos y veamos…

Cartel de la exposición Zetterquist

Cartel de la exposición Zetterquist

 

Video performance

Empecemos por el vídeo de una de sus performances, en el que ironiza sobre la sumisión a los poderes amurallados que nos rodean y la pleitesía que se les rinde.

Los muros del poder en la exposición Zetterquist. Foto R.Puig

Los muros del poder en la exposición Zetterquist. Foto R.Puig

No quiero ser demasiado duro, pero a mí me parece un remedo de esos vericuetos de muros que instala desde hace décadas Bruce Nauman para conducir al espectador hacia la proyección de una video-performance. La pared de Zetterquist está coronado de afilados cascos de botella, queriendo expresar algo así como los muros de los poderes securitarios…

Muros del poder. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Muros del poder. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

y el video escenifica la actitud sumisa ante una poderosa muralla  -¡la de la China!- frente a la cual hay que bajarse los pantalones y postrarse…

Ante el muro hay que bajarse los pantalones. Video de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Ante el muro hay que bajarse los pantalones. Video de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Ante el muro hay que bajarse los pantalones.  Video de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Ante el muro hay que bajarse los pantalones. Video de Johan Zetterquist. Foto R.Puig

(este blog les ahorra piadosamente las imágenes en las que aparecen los colgajos del performer)

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Instalaciones o propuestas

Proposal 19. Gasolina gratis. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Proposal 19. Gasolina gratis… Johan Zetterquist. Foto R.Puig

En la sala grande nos recibe una instalación de readymades, es decir de unas hileras de bidones de gasolina que quieren ser su propuesta Nº19: “Gasolina gratis para los coches del músculo y barras calientes” (Free Gas for Muscle Cars and Hot Rods), que nos da una primera idea del humor sofisticado de la cosa

En la misma sala hay otras dos instalaciones (¿esculturas?) menores.

Un bocadillo zoomorfo que surge de la extremidad de una pértiga de plástico negro es la “Propuesta nº 28” se titula “Monumento al final de la era de la artificialidad”

Un bocata de Johan Zetterquist. Proposal 28 Monumento al final de la era de la artificialidad. Foto R.Puig

Un bocata de Johan Zetterquist. Proposal 28 Monumento al final de la era de la artificialidad. Foto R.Puig

Otra, sin número, se titula “Monumento para celebrar el final del Capitalismo tal como lo conocemos”

Monumento para celebrar el final del Capitalismo. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Monumento para celebrar el final del Capitalismo. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Pero la más importante por tamaño y ambición, en la sala siguiente, es una enorme cruz invertida, la de San Pedro para la tradición cristiana, o cruz satánica para los círculos del HardRock y de la mística punk, colocada sobre lo que quiere ser el pináculo de una iglesia.

Proposal 666. Poner las cruces al revés en todas las iglesias. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Proposal 666. Poner las cruces al revés en todas las iglesias. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Se titula “Propuesta nº 666: démosle la vuelta a la cruz en los pináculos de las torres de las iglesias”. Aquí ha hecho un alarde de imaginación al numerar su propuesta con el número de la Bestia.

En cualquier caso la cruz invertida en la simbología del “brutal rock duro” no la ha inventado Zetterquist.  No sería extraño que la idea de usar este símbolo en sus instalaciones proviniese de algún grupo rockero, por ejemplo el de la banda Putridus, que lo tiene en el centro de su logo

Logo de Putrid dead metal band

Logo de Putrid dead metal band

Nunca se sabe, a lo mejor la Iglesia Sueca se deja convencer y se pone manos a la obra para cambiar las cruces en todas sus iglesias…

Dibujo para la Propuesta 666. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

Dibujo para la Propuesta 666. Johan Zetterquist. Foto R.Puig

podría ser que así se llenasen más sus templos.

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Reciclaje

Pienso que es hora de terminar esta crónica y, como me siento culpable de animadversión hacia una gran parte de las ocurrencias del omnipresente arte conceptual, no quisiera acabar sin una nota positiva: Johan Zetterquist ha pintado un cuadro en el que utiliza la misma técnica que yo, la de comenzar la obra con pintura acrílica y acabarla al óleo. Al menos lo hizo en el 2011, pues ha traído un lienzo de entonces y de apreciables dimensiones, que cuelga del muro de la sala principal del Konsthall.

Johan Zetterquist. Study for a monument. Acrilico y oleo. 320 x 200 cm. Galería Andréhn-Schiptjenko 2011

Johan Zetterquist. Study for a monument. Acrilico y oleo. 320 x 200 cm. Galería Andréhn-Schiptjenko 2011

Se titula “Estudio para un monumento”, así, a secas, dejándome en la peligrosa tesitura de imaginar para qué podría servir el monumento. Así que la culpa es suya si -¡ay, ay, ay!- a mí me hace pensar en las plantas de reciclaje y de incineración de desechos de la empresa Renova en Suecia

Planta de eliminación de residuos de Renova

Planta de eliminación de residuos de Renova. Fuente Worldmapz.se

No puedo evitar la sensación de que el Konsthall, algo así como el único museo de arte contemporáneo de Gotemburgo,  ha querido con esta exposición rendir homenaje a una de las notas virtudes del llamado arte conceptual, la de reciclar la producción de las últimas décadas o, dicho de otro modo, la de vivir de las rentas y así economizar las escasas energías de innovación que puedan todavía quedar en el mercado del arte.

Así que, me atrevería yo también a avanzar una propuesta, la de rebautizar el “Arte Conceptual” con un nombre menos visto, llamándolo “Arte de Reciclar”.

¡Quién sabe si hasta deberíamos empezar a trabajar en el manifiesto de esta nueva vanguardia!

Aunque, no sé, no sé…  ahora que las temperaturas suben y el sol resplandece, es grande la tentación de tumbarnos a la bartola en uno de los tantos rincones mullidos de los parques de Göteborg…

A la bartola. Gotemburgo 11 de junio 2015. Foto R.Puig

A la bartola. Gotemburgo 11 de junio 2015. Foto R.Puig


Midsommar en Suecia

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A por el verano. Foto R.Puig

¡A por el verano! Foto R.Puig

Las fiestas con ocasión del solsticio de verano en Suecia, son similares por sus orígenes paganos a la fiesta de San Juan de España.

No obstante, puede decirse que para los suecos se trata de una tradición sagrada (midsommar är helig) que no se limita a prepararse a la noche más breve del año. Durante la víspera del viernes, el día de midsommarafton, se inician los festejos en todo el país.

Envidiable agilidad. Foto R.Puig

Envidiable agilidad. Foto R.Puig

De modo que también nosotros, cumplimos en familia durante el midsommarafton con todos los condumios preceptivos  y participamos en una de las muchas fiestas de música y danza en torno al midsommarstäng (el palo de midsommar) revestido de sus verdes frondas.

Bailarines del Midsommar. Foto R.Puig

Bailarines del Midsommar. Foto R.Puig

A su alrededor se baila al son de música de violines. El grupo de bailarines en trajes regionales abre la danza. Luego seguirán todos en corro, niños y adultos, repitiendo año tras años las canciones y los gestos que aquí todos aprenden desde que echan a andar.

Violinistas del Midsommar. Foto R.Puig

Violinistas del Midsommar. Foto R.Puig

Manos hábiles han trenzado las guirnaldas de flores con las que –costumbre ancestral- niños, jóvenes y viejos orlan sus sienes en esta fiesta. El universal jolgorio tiene carácter bucólico y se prolonga con comidas, libaciones, danzas y juegos al aire libre, hasta que la oscuridad de la corta noche deje paso al día de midsommar, a la pigricia y a la relajación del sábado. Ese día, ayer sábado, abría el verano y sus promesas de calor y fertilidad. Las gentes habían desertado las calles, esparcidos por el campo o los parques.

Pero, antes, en la tarde del viernes, que transcurrió entre sol y chaparrones, tras las danzas y antes de volver a casa para la cena al aire libre, nos acercamos al mar, donde la tranquilidad en la orilla era total.

Esperando al calor.  Foto  R.Puig

Esperando al calor. Foto R.Puig

De los prados y claros del bosque nos llegaban los ecos de la música y los cantos que continuarían por varias horas. ¿Eran las ondas que cubrían el mar una respuesta a los violines?

Eco de violines.  Foto  R.Puig

¿Eco de violines? Foto R.Puig

Aguardé, hipnotizado, por ver si el sol lograba romper las nubes y reflejarse franco sobre las aguas. En vano, no me fue dado asistir al momento en que, antes de ponerse, tuvo que dejarse ver por esa postrera franja de cielo que las nubes respetan sobre el mar.

Esperando al sol. Foto R.Puig

Esperando al sol. Foto R.Puig

De vuelta a la casa de mis familiares, en el jardín se servía una cena cocinada sobre la obligatoria barbacoa. Un poco antes, las manos de mi mujer posaban, por sorpresa, una guirnalda de flores sobre mi cabeza.

Si me viese Botticelli. Foto M.Puig

¡Si me viese Botticelli! Foto M.Puig


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